Las prácticas de educación infantil (y en realidad la de todos los estudios y formaciones) deberían ser periodos de aprendizaje. Tendrían que ser momentos enriquecedores, positivos y útiles para los alumnos. Desgraciadamente, no siempre es así. Hay estudiantes que viven experiencias negativas en las prácticas de educación infantil que les desmotivan, desilusionan y les impiden desarrollar su aprendizaje correctamente.
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¿A qué tipo de reacciones negativas me refiero? Veréis, he hablado con personas que han hecho las prácticas de educación infantil recientemente y bastantes están de acuerdo en que no fue algo positivo ni enriquecedor. De hecho, algunas se sintieron inútiles e inferiores y querían que el periodo acabase cuánto antes. Expresaban que sus tutoras de prácticas no tuvieron la suficiente paciencia para enseñarles y que se reían por no saber hacer las cosas.
¿Qué consecuencias podría tener esta actitud? Desmotivación, desilusión, falta de ganas y timidez por parte de los estudiantes en prácticas de educación infantil. Os puedo decir que personas cercanas a mí llegaban a sus casas casi llorando por sentirse mal al no haber sabido hacer algo en el aula. Creía que eran casos aislados, pero me di cuenta de que pasaba más veces de la que me gustaría.
¿Cómo se puede afrontar las experiencias negativas en las prácticas de educación infantil? En el post de hoy, intentaré dar mi opinión y algunos consejos acerca de este tema. ¡Vamos allá!
Estáis aprendiendo, no tenéis que saberlo todo
Hay personas que piensan que al acceder a las prácticas de educación infantil ya se tiene que saber todo. Obviamente, se equivocan. Seguramente, muchos de vosotros no hayáis tenido ninguna experiencia trabajando con niños antes de las prácticas. Habéis superado con éxito la teoría, pero con la práctica os sentís algo perdidos y desconcertados, y es totalmente normal.
Os digo esto para que no os sintáis mal si no sabéis hacer algo en el aula de infantil o si os cuesta coger un poco la rutina de trabajo. Tenéis que tener claro que para vosotros es una experiencia nueva y os debéis dar tiempo para adaptaros al día a día. No pasa absolutamente nada porque os equivoquéis o porque en los primeros días os sintáis algo tímidos e introvertidos.
Cuidado con las expectativas que tenéis en la cabeza
Una de las cosas que más ilusión hace a los estudiantes de educación infantil es realizar las prácticas en una escuela. Posiblemente, antes de que hicierais las prácticas os imaginasteis una buena experiencia, momentos increíblemente enriquecedores y un aprendizaje continuo. Por desgracia, os tengo que decir que no siempre es así. Puede que vosotros entréis en la escuela infantil con muchísima emoción y que lo que encontréis no sea lo que esperabais.
¿Por qué os advierto de esto? Porque por mucho que me duela reconocerlo, hay gente trabajando en escuelas infantiles que no se apasionan por su trabajo y que tampoco quieren estar ahí. Ya sabéis, «educadores infantiles» que nunca debieron pisar un pie en ningún centro y que estudiaron el ciclo o la carrera porque creían que iba a ser lo más fácil. Obviamente, no es lo más sencillo, pero tampoco dejan el empleo para buscarse otro que sí los llene.
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Bajo ningún concepto permitáis el abuso de poder
Para mi sorpresa, algunas de las personas con las que ha hablado me han comentado que sus tutoras de prácticas llegaron a manipularles con lo siguiente frase: o haces lo que te digo o mi informe sobre ti será negativo y no aprobarás. Posiblemente, bastantes de vosotros penséis en hacerlo por miedo a suspender o por las represalias que puedan tomar los tutores. Por favor, si os veis en una situación parecida no lo permitáis bajo ningún concepto.
En primer lugar, os aconsejo que habléis seriamente con vuestro tutor. Expresarle que os habéis ofendido y que creéis que no es la actitud correcta a tener con un alumno en prácticas ni con nadie. Si el comportamiento no mejora y seguís escuchando frases parecidas, podéis pedir una reunión con vuestro tutor del centro de estudios para que os ayude a solucionar el problema. No os sintáis mal ni tengáis miedo por hablar. ¡Estáis en vuestro derecho!
Denunciad las conductas negativas con los niños
Como os comentaba antes: hay «educadores infantiles» que nunca debieron pisar una escuela infantil y mucho menos desempeñar este puesto de trabajo tan bonito. Siento mucho si vuestro tutor de prácticas es una de esas personas. Tengo amigos que vivieron como los tutores trataban mal a los niños: les gritaban, les humillaban e incluso les daban ligeros golpes en las manos cuando los peques no hacían caso o tenían un comportamiento negativo.
Decían las típicas frases de ¡así ya no volverá a hacer! o ¡así es la única manera de que aprenda que no tiene que hacer eso más veces! Algunos de mis amigos se callaron y no dijeron nada por miedo a posibles represalias, pero yo os aconsejo que no guardéis silencio ante este tipo de conductas. Ningún educador debería tratar mal a un niño. Podéis hablar primero con vuestro tutor del centro de estudios para que ver qué se puede hacer.
Tampoco os quedéis callados ante faltas de respeto
Por desgracia, bastantes personas me han dicho que sus tutores les insultaban y les ridiculizaban en su periodo de prácticas por no saber hacer algo en el aula y que se reían de ellos con los demás compañeros. La verdad es que me sorprende que gente adulta llegue a hacer ese tipo de cosas. ¿Reírse de alguien por no saber? ¿Ridiculizar a alguien que está aprendiendo por un fallo o una equivocación?
Sé que este tipo de comentarios por parte de los profesionales que os tienen que enseñar os duelen, pero no dejéis que os desmotiven y os quiten las ganas de ser educadores infantiles de corazón. Os digo lo mismo que antes: hablad primero con vuestros tutores y si el problema no se soluciona, os animo a que se lo contáis al tutor del centro para que sepa la situación que estáis viviendo.
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¿Y si os sentís explotados en las prácticas de educación infantil?
A algunas escuelas infantiles les viene genial tener un convenio de prácticas con centros de formación profesional y con universidades. ¿Por qué? Porque en ese periodo de prácticas tienen a estudiantes trabajando gratis y no tienen que contratar a ningún educador infantil. Sé de casos de estudiantes de prácticas que se han visto agobiados y superados de trabajo porque la escuela infantil en concreto se negaba a contratar a más profesionales.
Muchos se excusan diciendo lo siguiente: os estamos dando la oportunidad de aprender y formaros, pero en muchas ocasiones los estudiantes de prácticas son los que sacan de muchos aprietos a los centros. Muchos alumnos aguantan y no dicen nada de lo que están viviendo día a día y eso les desgasta. En estos casos, os animo a que habléis con la jefatura de estudios o el equipo directivo para expresarles cómo os sentís.
Cambiar de centro, ¿la solución definitiva?
Si habéis tenido alguna experiencia negativa y se lo habéis contado a vuestro tutor del centro de estudios, os diré lo que os puede decir: nosotros no queremos tener problemas. Mejor te cambiamos de centro y nos olvidamos del tema. De acuerdo, quizás tengáis una experiencia más positiva y enriquecedora en otra escuela infantil, ¿pero qué pasa con vuestras quejas y con los posibles compartimientos negativos que habéis visto en educadores?
Pues que seguramente caerán en el olvido, y es una pena. Hay muchísima gente que dice que quiere una educación infantil más digna, más reconocida y con profesionales que les apasione su trabajo, pero en el momento en que un estudiante en prácticas se da cuenta de irregularidades en un centro, no se hace nada. No, no. No vamos a decir nada. Te cambiamos de centro y ya está.
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Puede que ese centro de estudios elimine el convenio de prácticas con la escuela infantil, pero no será suficiente y seguirá abierta. Por lo menos, (aunque en bastantes ocasiones tampoco funciona) habría que intentar llevar todas las irregularidades graves a la inspección educativa correspondiente. Porque vaya, que un educador infantil de manotazos a un niño para eliminar un comportamiento negativo, no es importante. ¡Sigamos permitiéndolo!
Ojo, no penséis que todas las prácticas de educación infantil son horribles. Afortunadamente, todavía hay gente que está dispuesta a enseñar con cariño, con respeto, con paciencia y con ilusión a los nuevos alumnos que acuden a las escuelas infantiles. Pero… me pregunto lo siguiente: ¿no deberían ser así todos? ¿no deberían apoyar y guiar de manera positiva a todos los alumnos que entren?
¡Y hasta aquí el post sobre experiencias negativas en las prácticas de educación infantil! ¿Qué os ha parecido el tema? ¡Ojalá esto ayude a algunos estudiantes que se hayan decepcionado con las prácticas! Y por supuesto… ¡nos leemos en la próxima entrada!