¡Buenas, grupo! 🙂 ¿Cómo lo estáis llevando? ¡Hoy volvemos con un post reflexivo de los que tanto me gustan! No sé si lo sabréis, pero las escuelas infantiles (0-6 años) podrán abrir de nuevo sus puertas a partir del 25 de mayo. Una medida para ayudar a «conciliar» a las familias cuyo trabajo no les permita teletrabajar. Una medida que demuestra, una vez más, que los educadores infantiles, la infancia y la educación infantil importan un pepino.
Cuando empezó el estricto confinamiento, todas las escuelas cerraron (creyendo que eran focos potenciales del virus), los educadores infantiles se fueron a sus casas para seguir apoyando a los niños y a sus familias de manera online, y a los peques bajo ningún concepto se les permitió salir (creyendo que podían ser portadores del virus asintomáticos).
Ahora, que el virus todavía NO está controlado, quieren exponer a una de las partes más vulnerables de la sociedad y que los educadores infantiles vayan a sus escuelas a desempeñar su trabajo como lo hacían normalmente. Desde mi punto de vista, quién expuso esta idea me deja claro que no conoce la infancia ni el sector de la educación infantil, pero oye para ellos es una medida perfectamente válida para apoyar y favorecer la conciliación.
¿Qué es lo que opino yo? Pues ahora mismo os lo voy a contar lo que pienso. Obviamente, es mi opinión y no todo el mundo tiene por qué estar de acuerdo, pero allá vamos.
Todavía no hay medidas para adaptar las escuelas infantiles
A día de hoy se desconocen las medidas que dirá el gobierno para que todas las escuelas infantiles adopten. ¿Creéis que si los centros tienen que hacer alguna reforma les dará tiempo? ¿Los educadores infantiles contarán con algún tipo de formación para hacer frente a esta «nueva normalidad»? Según los médicos hay portadores asintomáticos, ¿cómo detectarán los educadores a estos niños? Y… ¿qué pasará con ellos?
¿Qué pasará con el afecto, las necesidades básicas y el juego?
En el nivel 0-6 años (más concretamente con peques de 0-3 años) los niños necesitan el afecto. Necesitan los abrazos, el cariño y el contacto físico con sus educadores. Necesitan sentirse seguros, queridos y protegidos. ¿Cómo se va a poder hacer eso con la distancia social? ¿Qué pasará cuando un peque llore y se encuentre mal? ¿Cómo le explicas a un niño de dos años que su educador no puede acercarse a ayudarle?
Seguimos, ¿cómo se respetará la distancia social cuando haya que cambiar los pañales a los niños? Que yo sepa es algo muy muy complicado. ¿Los peques llevarán mascarillas y guantes para evitar que tosan o estornuden sin querer sobre otros niños o materiales? No me quiero imaginar lo incómodo que será para los niños de uno, dos o tres años llevar siempre las mascarillas mientras estén en la escuela.
Y otra cosa preocupante, ¿los peques ya no podrán jugar los unos con los otros? ¿Se quedarán sin salir al patio? ¿Cómo explicarán los educadores infantiles a los niños que no deben acercarse a los otros compañeros? ¿Lo entenderán los más pequeños? Sin afecto, sin jugar y sin contacto físico no me quiero imaginar cómo serán los días en las escuelas infantiles a partir del 25 de mayo.
¿Contarán los educadores infantiles con apoyo y ayudas?
Hay muchísimos educadores infantiles que están solos en el aula sin ningún tipo de apoyo. ¿Será diferente ahora que la situación lo merece? ¿Tendrán los tutores de aula educadores de apoyo que estén con ellos toda la jornada para intentar atender adecuadamente a los peques? ¿Se contratará nuevos profesionales de la educación infantil para evitar exceso trabajo, ansiedad, desmotivación y agobios?
Y me pregunto yo, ¿los niños que se queden en casa porque sus padres puedan teletrabajar también tendrán que recibir sesiones online? Entonces, ¿cuántas horas finalmente tendrán que trabajar los educadores infantiles para cubrir todas las necesidades de los niños y las familias? Porque que yo sepa, solo tienen dos brazos, dos ojos y dos piernas. Como ya ha pasado en numerosas ocasiones, la empatía hacia este gremio vuelve a ser nula.
La educación infantil como siempre ninguneada
Desgraciadamente, que la educación infantil sea el sector más ninguneado del sistema educativo no es nuevo. Todavía se sigue creyendo que en las escuelas infantiles se guarda a los niños, que es un lugar dónde aparcarlos sin más y para que pasen el día sin pena ni gloria. La mayor parte de la sociedad desconoce que en las escuelas infantiles también se educa y que la educación infantil es la base del desarrollo y del aprendizaje de los peques.
¿De verdad es una medida acertada para la conciliación?
Entiendo perfectamente a las familias que tienen hijos pequeños y que no pueden teletrabajar, pero, ¿qué pasará si sus hijos se contagian en la escuela infantil después de haber seguido el estricto confinamiento? ¿Qué pasará si se contagia algún educador infantil y tienen que volver a cerrar la escuela? ¿Piensan los padres que sus hijos más pequeños comprenderán y aplicarán el distanciamiento social?
Y… ¿cómo será la recogida de los peques en las escuelas infantiles? ¿Tendrán que mantener los padres la distancia de seguridad con sus hijos después de haber estado en el centro? ¿Deberán entrar en las escuelas con algún tipo de vestuario especial recomendado por sanidad, quizás? ¿Cómo será la comunicación de las familias con los educadores infantiles?
Yo no me dedico a la política, pero creo que esta situación requiere de medidas que no pongan en riesgo la salud de nadie. ¿De verdad es seguro que educadores infantiles y peques vayan de nuevo a las escuelas infantiles? ¿No existe ningún riesgo de que los niños se contagien en los centros? Ojalá el gobierno diga pronto qué pasará con las escuelas infantiles, con los peques, con los educadores y con las familias porque viven en una incertidumbre.