¡Hola, grupo! ¿Cómo lo estáis llevando? ¡Espero que de la mejor manera posible! 🙂 Hoy toca otro post de reflexión acerca de la importancia y el gran compromiso de estudiar educación infantil, ya sea el grado o el ciclo formativo superior. A día de hoy, todavía hay mucha gente que piensa que trabajar como educadores infantiles es lo más sencillo del mundo y que cualquiera puede desempeñar la profesión.
Hay estudiantes que están a punto de acabar bachillerato que creen que estudiar educación infantil no requiere ningún tipo de esfuerzo y encontrarán un trabajo fácil al acabar el grado o el ciclo formativo. Estos alumn@s se matriculan sin vocación por la educación infantil ni por infancia. Están convencidos de que es el camino más fácil que pueden tomar para conseguir cuanto antes un empleo.
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Estudiar educación infantil también requiere implicación
Estoy de acuerdo en que el grado o el ciclo de educación infantil no tiene la misma dificultad que la carrera de medicina, enfermería o una ingeniería. Puede que estos estudios sean más dinámicos, pero eso no significa ni por asomo que no haya que implicarse, esforzarse e hincar los codos para aprobar. Desde mi punto de vista, todos las carreras, ciclos o formaciones tienen su importancia en la sociedad y no se debería menospreciar ninguna.
Pensar que la educación infantil es solo «cuidar a niños»
Este pensamiento es increíblemente peligroso. Hay alumnos que deciden matricularse en educación infantil porque creen que únicamente van a tener que cuidar a los peques. Están convencidos de que las funciones de los educadores infantiles son parecidas a las de un canguro de fin de semana, y obviamente, no tiene nada que ver. En las aulas se cuidan a los niños, sí, pero no es lo único que se hace. ¡Ni mucho menos!
La teoría es importante, pero la realidad está en las escuelas
Si se estudia lo suficiente, creo que todas las personas que se matriculen pueden aprobar el ciclo formativo de educación infantil y el grado, pero lo duro viene después en las prácticas y en el trabajo diario. La teoría es importante para conocer el desarrollo infantil, saber cuáles son las funciones de los educadores infantiles y ser conscientes de lo que es la educación infantil, pero la realidad de la profesión está en las escuelas infantiles.
De esta manera, haber obtenido buenísimas calificaciones en el ciclo de educación infantil o en la carrera no es suficiente ni de lejos. Lanzo la siguiente pregunta: ¿qué pasaría si un alumno ha sacado excelentes notas durante su formación, pero durante las prácticas no muestra ningún tipo de emoción, vocación ni pasión por la infancia ni por la educación infantil?. ¡Reflexionad sobre ello!
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La importancia de las prácticas para completar la formación
Creo que en todas las formaciones es muy importante que los alumnos tengan un periodo de prácticas. En el caso de la educación infantil me parece fundamental. A muchísima gente se le olvida de que los educadores infantiles trabajan con un sector vulnerable de la sociedad: los niños. Desgraciadamente, su trabajo, su compromiso e implicación no están reconocidos en nuestro país.
Para mí tener un periodo de prácticas es muy valioso porque es dentro de las escuelas infantiles cuando los estudiantes son conscientes de su vocación y emoción por la infancia y la educación. También puede pasar lo contrario: que haya alumnos que se den cuenta de que no están preparados para trabajar en esta profesión y prefieran dejarlo antes de seguir avanzando.
El valor de contar con buenos profesores y tutores de prácticas
Tener buenos profesores en todo tipo de formaciones es fundamental para el aprendizaje, conocimiento e interés de los alumnos. Los docentes tanto en el ciclo y en el grado de educación infantil apoyan, motivan, escuchan y se implican con los estudiantes acercándoles una visión lo más real posible de la educación infantil. Transmitir la emoción por la educación debería ser una de las funciones principales de los profesores de estos estudios.
Los tutores de prácticas dentro de las escuelas infantiles también tienen una labor increíblemente importante. Estos profesionales conocen en el día a día a los futuros educadores infantiles y son los encargados de su evaluación en el centro. Para muchos alumnos en prácticas los tutores en las escuelas infantiles son una gran fuente de apoyo, comprensión, consultas y sobre todo motivación.
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La responsabilidad de estudiar educación infantil
Desde mi opinión, creo que hay muy poca orientación académica en los institutos. Muchos alumnos no saben con quién hablar acerca de su futuro, de carreras, ciclo, nuevas posibilidades académicas… Se sienten perdidos. Precisamente, muchas veces se ha pensado que estudiar educación infantil es algo sencillo, y realmente no lo es. Estudiar educación infantil es una gran responsabilidad y una gran implicación.
Pero para que los estudiantes sean conscientes de la importancia de estos estudios y de la profesión, necesitan a alguien que les hable y que les explique en qué consiste de verdad el trabajo de los educadores infantiles. El departo de orientación debería expresarles que no es fácil y que en las aulas se requiere muchísimo esfuerzo. Quizás con un correcto asesoramiento, los alumnos serían más cercanos a la realidad de la educación infantil.
¡Y hasta aquí el post de hoy! Me gustaría terminar la entrada con una pregunta para que os animéis a contestar en los comentarios. ¿Creéis que hoy en día estudiar educación infantil está infravalorado? ¿Creéis que son unos estudios poco valorados y reconocidos?
¡Nos leemos en el próximo post, grupo!