Se me parte el corazón al ver cómo está sufriendo el sector de la educación infantil. Desde que empezó el confinamiento haya sido el gremio educativo más criticado, ofendido e infravalorado del sistema educativo. Al cerrar las escuelas infantiles, muchas familias se vieron agobiadas por la situación. Quizás en ese momento tendrían que haberse dado cuenta de la importancia de la labor de los educadores infantiles.
Esta crisis sanitaria ha demostrado que la educación infantil es uno de los motores más importantes de la educación y de la sociedad. Que sin el apoyo, la ayuda y el acompañamiento de los educadores infantiles muchos padres y madres se desbordan. Con las escuelas infantiles cerradas es muchísimo más complicado conciliar la vida laboral y la familiar. Ni siquiera las familias eran conscientes de lo que tenían.
Ellos sentían tranquilidad y bienestar al saber que sus hijos estaban bien, que eran felices en la escuela, que aprendían cosas nuevas y vivían nuevas experiencias mientras ellos trabajaban. Sin embargo, muchas de estas familias no agradecían ni valoraban lo que los educadores infantiles hacían cada día con los niños. Ni siquiera se paraban a reflexionar, y ahora… ahora se sienten perdidos sin la mano siempre amiga de los educadores infantiles.
El respeto a la educación infantil empieza por nosotros
La sociedad debería ser muchísimo más consciente de la educación infantil. Muchas personas creen de verdad que es un trabajo que puede desempeñar cualquiera y que es una etapa que pasa sin pena ni gloria por el sistema educativo. Puede que la educación infantil no sea obligatoria, pero eso no significa que haya que restarle importancia ni relevancia para el desarrollo integral de los niños.
Hay que dejar de ver a los educadores infantiles como trabajadores que únicamente cantan, pintan y cambian pañales (sin ninguna intención de quitarle importancia a la educación artística y a la higiene personal). En realidad, los educadores infantiles hacen muchísimas cosas más, pero la mayoría de la sociedad no tiene ni idea y por eso les resulta tan fácil criticar, ofender y desprestigiar.
Educación infantil digna para educadores, familias y niños
Desde mi perspectiva, ahora es el mejor momento para darle un cambio total a la educación infantil. Es la hora de que España se ponga manos a la obra con esta etapa educativa tan olvidada y poco reconocida por el sistema. Es el momento para que se haga una mirada hacia dentro para saber la situación en la que trabajan los educadores infantiles y su labor auténtica para familias y niños.
Se tiene que invertir más en educación infantil para que sus trabajadores no salgan a manifestarse por un convenio justo y unas condiciones laborales mejores. Puede que sea el momento de escuchar atentamente a los profesionales para que esta etapa sea por fin digna para educadores, familias y niños. Es urgente hacerse esta pregunta: ¿qué necesita la educación infantil para avanzar por el buen camino?
Los educadores infantiles también son parte de la educación
Para mí los educadores infantiles tienen la misma importancia que los maestros de primaria y los profesores de secundaria y bachillerato. Su etapa no es obligatoria, pero eso no es excusa para no valorarles, apoyarles y ayudarles de la misma manera que a los demás profesionales de cursos más avanzados. El trabajo de los educadores no debería quedarse siempre en una esquina, no debería quedarse en el olvido y aparcado.
El esfuerzo que hacen diariamente con los peques y las familias tendría que valorarse y respetarse más. Sin embargo, para muchos todavía son esas «personas que cobran por tirarse en el suelo con los niños y pintar murales». Por desgracia, la mayoría de la gente no es consciente de que ellos son los que abren nuevas puertas al mundo a los peques y les ofrecen distintas experiencias de aprendizaje siempre teniendo en cuenta su felicidad.