¡Hola, grupo! 🙂 A menudo, chicos y chicas que están terminando el ciclo formativo superior de educación infantil me preguntan: Mel, ¿y qué consejos nos puedes dar para ser buenos educadores infantiles? En algunas ocasiones, siento que están inseguros y preocupados porque no han tenido la suficiente orientación durante el curso o en las prácticas. Así que el post de hoy va para ellos. Para los futuros educadores infantiles de corazón.
No estoy descubriendo América cuando digo que en algunas escuelas infantiles y profesores se olvidan completamente de asesorar y orientar a los alumnos en prácticas. Se piensan que los estudiantes ya lo saben todo y que no tienen que explicar absolutamente nada. Una tutorización cercana por parte de los tutores de la escuela infantil y del centro de estudios es fundamental para el buen avance de los alumnos.
1. Elegid bien el centro
Sé que estáis deseando trabajar y que os hace muchísima ilusión, pero por favor, elegid bien el centro dónde vais a trabajar porque es fundamental. Cuando acudáis a las entrevistas, no dudéis en hacer todas las preguntas que necesitéis a los directores del centro. Tenéis que tener claro todas vuestras condiciones, tareas y sobre todo la estructura y funcionamiento de la escuela infantil.
¿Por qué os cuento esto? Porque desgraciadamente hay muchas escuelas infantiles que se aprovechan de la pasión y de la emoción de los educadores infantiles que acceden a su primer trabajo. Están convencidos de que todo vale y que a vosotros os va a dar igual porque solo queréis trabajar lo antes posibles. NO todo vale, ni mucho menos. Y no todas las condiciones son buenas. Os recomiendo a que estéis muy atentos.
2. No os frustréis por estar perdidos los primeros días
Cuando accedéis a vuestro primer empleo como educadores infantiles es normal que os sintáis perdidos, nerviosos y confusos los primeros días. Es cierto que en las prácticas teníais responsabilidades, pero esto es bastante diferente. Si vuestro primer día en la escuela infantil no sale cómo vosotros esperabais, no os preocupéis, por favor. Os tenéis que dar algo de tiempo para la adaptación y la rutina.
Hacedme caso: los primeros días como educadores infantiles son algo caóticos, pero eso no significa que tengáis que abandonar y sentiros mal por no saber hacerlo mejor desde el primer momento. Recordad: nadie nace sabiendo y para este trabajo se requiere práctica. Según vayan pasando los días os daréis cuenta de que estáis más relejados y que ya no sentís esa presión y agobio de al principio.
3. No dejéis vuestra formación y aprendizaje
Que hayáis conseguido trabajo como educadores infantiles no significa que tengáis que dejar de aprender. En el ámbito educativo (en cualquier etapa) es necesario seguir formándose y os recomiendo que lo hagáis siempre que podáis. ¿Cuál es el problema? Que muy pocas escuelas infantiles ofrecen cursos y talleres a los educadores infantiles. Por lo tanto, tendréis que investigar y pagar de vuestro bolsillo las formaciones que merezcan la pena.
¿A qué me refiero con formación que merezca la pena? Hay muchas plataformas en Internet que ofrecen cursos homologados (puntuables para oposiciones de educación infantil) y acreditadas por buenas universidades. Si necesitáis una mano con la búsqueda y asesoramiento, sabéis que podéis contar con mi servicio de Asesoramiento de formación para educadores infantiles.
4. Disfrutar al máximo de la experiencia de ser educadores infantiles
Estoy convencida de que ser educadores infantiles es una de las profesiones más bonitas que hay. Está claro que no es fácil, que no es de color de rosa y puede que hasta os encontréis con algunos obstáculos por el camino, pero merece la pena dar la mejor versión de vosotros mismos. Por eso os animo a que disfrutéis del día a día, del cariño y el amor incondicional que dan los peques y de los momentos tan bonitos que vais a vivir en la etapa.
Sed vosotros mismos y dejaros llevar por la magia, emoción y naturalidad de los niños. ¡No os imagináis la de cosas que os pueden enseñar cada día! Lo más importante es que estéis ilusionados, que tengáis ganas de llegar a la escuela infantil y que os lo paséis bien. Porque sí, a pesar de ser un trabajo duro, hay momentos super divertidos y especiales y únicos que jamás podréis olvidar. 🙂
5. No dejéis que nadie os borre vuestra ilusión
Desgraciadamente, hay personas que critican por criticar el trabajo de los educadores infantiles. Que no respetan, que no valoran y que lo único que buscan es hacer daño y despreciar a una etapa preciosa y llena de bonitos momentos. No dejéis que os borren vuestra ilusión, pasión y sonrisa. No dejéis que esos comentarios os alejen del amor que sentís por la infancia y por la educación infantil.
No os calléis ni meréis para otro lado ante faltas de respeto, insultos y palabras negativas sin ningún fundamento. No tengáis miedo de defender vuestro trabajo. No os encojáis de hombros ante desprecios de personas que no tienen ni idea de lo que hacéis como educadores infantiles en el aula, y aun así gritan a los cuatro vientos que vuestro trabajo no sirve para nada y que lo podría desempeñar cualquiera.
6. Y si la cosa se pone fea en vuestra escuela infantil…
¿A qué me refiero con que si la cosa se pone fea en vuestra escuela infantil? Puede que en un principio todo vaya sobre ruedas, que las condiciones que tengáis sean las adecuadas, pero eso puede llegar a cambiar de la noche a la mañana. Si trabajáis en una escuela infantil privada, el dueño o fundador del centro puede dejar de respetar las ratios y las condiciones para ganar más dinero y obtener más beneficios.
Puede dejar de contar con los educadores infantiles de apoyo que tantísimo ayudan en el día a día a los tutores. Si os pasa esto, os encontraréis con una situación bastante desagradable y sentiréis que no sois capaces de llegar a todo. Esto puede conllevar episodios de estrés, malestar y preocupación. Además, puede que vuestras condiciones profesionales y salariales también empeoren.
¿Qué hacer en estas situaciones? Os recomiendo que primero habláis con el dueño o fundador de la escuela infantil. Podéis expresar cómo os sentís, vuestras inseguridades y vuestro malestar. Quizás teniendo vuestro punto de vista profesional, el dueño de la escuela puede rectificar y hacer que las condiciones vuelvan a ser correctas y adecuadas. ¿Qué pasa si no notáis mejoría alguna después de la conversación o reunión?
Siempre tenéis la opción de contactar con profesionales de la inspección educativa de vuestra comunidad para que os asesoren o para que vayan a hacer una visita a la escuela infantil. Aunque puede resultar muy fácil decirlo también podéis dejar el centro. Pensad detenidamente si merece la pena pasar por lo que estáis pasando en la escuela y si vuestro trabajo es realmente reconocido y valorado en el centro. ¡Vosotros sois lo que decidís!
Petición final a educadores infantiles con experiencia
¿Qué os ha parecido el post? Para ponerle el broche final, me gustaría pedir un favor enorme (muy muy enorme 🙂 ) a los educadores infantiles de corazón que ya cuenten con experiencia. Así que ahí va mi pregunta: ¿qué consejos daríais vosotros a los que empiezan a trabajar por primera vez en escuelas infantiles? ¿Qué es lo más importante que aprendisteis vosotros con los años? ¡Podéis dejar vuestras respuestas en los comentarios!