¡Hola, grupo! ¿Cómo lo estáis llevando? ¡Espero que genial! 🙂 En el post de hoy voy a dar ocho razones (aunque hay muchísimas más, claro) para empezar a valorar el trabajo de los educadores infantiles hoy mismo. Espero que el texto haga por fin reflexionar a esas personas que desprecian y no tienen en cuenta la labor y la importancia de estos profesionales de la educación. ¡Vamos a ello!
1. Trabajan con una parte vulnerable de la sociedad
Quizás se le olvide a muchísima gente, pero los educadores infantiles que están en el primer ciclo de educación infantil trabajan con niños desde 0 años hasta los tres. Un rango de edad vulnerable y sensible en el que estos profesionales se tienen esforzar al máximo y dar la mejor versión de sí mismos. Mientras los peques estén dentro de las escuelas infantiles, los educadores infantiles son los responsables de su seguridad y bienestar.
2. Porque su trabajo va más allá de apoyar a los niños
Esta parte prácticamente ni se menciona. La mayoría de las personas cree que los educadores infantiles únicamente trabajan con niños, pero también apoyan y atienden de manera personalizada a las familias de los peques. Estos profesionales siempre ayudarán a las familias que lo necesiten sin pensárselo, y por lo tanto, es una labor para que su trabajo sea por fin valorado y reconocido.
3. Por su amor a la infancia, a pesar de todos los obstáculos
Los educadores infantiles de corazón sienten pasión por la infancia. Se les iluminan los ojos cada vez que ven entrar a sus peques en el aula llenos de emoción e ilusión. Porque día a día ellos se esfuerzan muchísimo por dejar una huella en el corazón de los peques. ¿Esto significa que su trabajo sea todo de color de rosa? En absoluto, tienen que superar un montón de obstáculos, pero para ellos lo más importante son los niños.
4. Porque también pertenecen al sistema educativo
Sí, la educación infantil no es una etapa obligatoria, pero eso no quiere decir que esté excluida del sistema educativo. Los educadores infantiles son igual de profesionales e igual de importantes que los maestros de primaria o los profesores de secundaria. Por desgracia, a la hora de la verdad no tienen ni de lejos el mismo reconocimiento y valoración que los demás docentes.
5. Porque luchan por mejorar la educación infantil
Estaría genial poder tener una educación infantil individualizada y personalizada, ¿verdad? Pues lamentablemente esa idea está muy lejos para muchos educadores infantiles mientras no se bajen las ratios de niños por aula. A ellos les encantaría dedicar más tiempo a cada peque de manera personalizada, pero a día de hoy es prácticamente imposible. En bastantes casos no cuentan con ningún educador de apoyo y están solos toda la jornada.
6. Porque su convenio es humillante y casi nadie lo sabe
Hay bastantes personas que están convencidas de que los educadores infantiles «ganan muchísimo dinero para el trabajo que hacen». En realidad no sé cuánto cree la gente que ganan estos profesionales, pero muchos de ellos no llegan a mil euros al mes. ¡Ojo, es lo que pone en el convenio! Por lo tanto, hay que valorarles más para que su convenio de trabajo mejore pronto y sean considerados como parte del sistema educativo.
7. Porque su trabajo no es solo pintar y cantar con los niños
La educación musical y artística es increíblemente importante en educación infantil, pero los educadores infantiles no se tumban en el suelo a pintar murales con los niños y esperan a que pase el tiempo. Y aunque la higiene personal de los peques la tienen muy en cuenta, tampoco se dedican únicamente a cambiar pañales y limpiar mocos. La labor de estos profesionales va mucho más allá de eso, y hay que empezar a valorarlo.
8. Por su fortaleza ante las críticas y ofensas sin argumentos
Otra cosa no, pero los educadores infantiles son el gremio educativo que más críticas reciben por parte de la sociedad. A pesar de eso, saben de qué manera afrontarlas y gestionarlas para que esa negatividad no afecte en absoluto a su día a día en el aula. OJO: que sepan afrontar y gestionar estas críticas sin fundamentos no significa que no se sientan dolidos y heridos. Así que, ¿por qué no se empatiza más con ellos?
¡Y hasta aquí el post de hoy! ¿Qué os ha parecido? Ojalá la entrada sirva para animar y motivar a los educadores infantiles, y al mismo tiempo para hacer reflexionar a esas personas que no creen en su trabajo. ¡Nos vemos en la próxima entrada, grupo!