¡Hola, hola! Supongo que ya sabréis que muchas escuelas infantiles han abierto sus puertas para empezar el nuevo curso. Desgraciadamente, a muchos centros se les olvida algo muy importante: entran muchos niños nuevos que no conocen el lugar, se separan de su familia durante horas y se quedan con desconocidos. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que a veces el periodo de adaptación en educación infantil es nulo o completamente incorrecto.
Nosotros ya somos adultos y somos capaces de gestionar ciertas cosas del día a día, pero los más peques tienen que aprender todavía. Es una pena que muchas escuelas infantiles (y bastantes educadores), no entiendan lo que de verdad significa el proceso de adaptación para los niños y cómo llevarlo de la mejor manera posible. Así que… ¡allá vamos con la entrada de hoy! ¿Cómo debería ser el periodo de adaptación en educación infantil?
¿Qué es el periodo de adaptación en educación infantil?
Es un proceso en el cual los bebés o los niños tienen que abandonar su entorno y lugar seguro. ¿Qué quiere decir esto? Pues que tienen que alejarse de su casa y de su familia para adaptarse e ir descubriendo poco a poco un nuevo ambiente y escenario al que no están acostumbrados y que para ellos es totalmente desconocido. Me gustaría dejar claro que es un proceso progresivo y que cada niño tiene un ritmo diferente de adaptación.
Y… ¿cómo debería ser un un correcto periodo de adaptación en el aula? Para mí un adecuado periodo de adaptación en educación infantil debería tener en cuenta lo siguiente:
Empatía hacia los más pequeños
Hay bastantes educadores infantiles que no tienen ni pizca de empatía con los niños nuevos. Como os decía antes, para los peques la escuela infantil es algo nuevo, desconocido y un lugar que está alejado de su familia. Asimilar, gestionar y adaptar todo eso requiere de esfuerzo y tiempo. Por eso es fundamental que los profesionales se pongan en el lugar de los peques y comprendan por lo que están pasando.
Actitud positiva y respetuosa
¿Sabéis que hay educadores infantiles que gritan y pierden los nervios con los peques en el periodo de adaptación? Os lo explico: posiblemente, haya niños que tengan episodios de ansiedad por separarse de su familia, que lloren, que estén irascibles e inquietos. Para mí, es el comportamiento más normal teniendo en cuenta que los peques están rodeados de personas desconocidas.
Los ¡deja de llorar!, los ¡cómo no te calles se lo voy a tus padres!, los si no dejas de llorar, ¡voy a castigarte sin jugar! son amenazas y no deberían decirse en el aula, sin embargo, ese tipo de frases todavía están muy presentes. Las consecuencias de esos comentarios y de esa actitud tan negativa podrían causar más nerviosismo y ansiedad a los peques en un proceso bastante importante. Más respeto, amor y cariño hacia la infancia, por favor.
Favorecer poco a poco el vínculo con los niños
Como os decía, en el periodo de adaptación los niños se separan de sus familiares por un tiempo. Por eso, los educadores infantiles tienen que favorecer la creación de un vínculo afectivo con los más peques para que vayan cogiendo confianza y se sientan más seguros con ellos y con el nuevo entorno. De esta manera, mientras los niños estén en la escuela, los educadores deberían ser su figura de apoyo.
Acompañamiento en el día a día de la escuela
Cuando vayan pasando los días y el vínculo afectivo con los educadores infantiles sea más fuerte, los niños irán sintiéndose más cómodos y tranquilos en la escuela infantil. También se irán acostumbrando a que comparten el aula con otros niños, y poco a poco su autonomía y ganas de descubrir todos los materiales que hay a su alcance irán en aumento. Para eso, los profesionales tendrán que acompañar a los peques hasta que la seguridad crezca.
Inteligencia emocional para afrontar el periodo de adaptación
Que los educadores infantiles sean emocionalmente inteligentes es increíblemente importante. La inteligencia emocional puede ayudar a gestionar momentos de estrés y ansiedad. Está claro que el periodo de adaptación en educación infantil no es fácil. Por eso, es fundamental que los profesionales gestionen sus emociones en el día a día y que no se dejen llevar por el nerviosismo y el agobio.
Comunicación afectiva y comprensiva con las familias
Para las familias también es un momento de separación. Quizás tengan claro que dejan a sus peques en las mejores manos, pero los primeros días estarán nerviosos, intranquilos y no dejarán de pensar en sus hijos. Es algo normal. Es importante que los educadores infantiles comprendan también su situación y que mantengan una comunicación afectiva, positiva y comprensiva con las mamás y los papás de los niños.
¡Hasta aquí el post del periodo de adaptación en educación infantil! ¿Qué os ha parecido? Me gustaría volver a destacar que los niños no son saquitos de patatas. Ellos tienen sentimientos, miedos y sufren cuando están alejados de su ambiente seguro y de las personas que conocen. Por favor, si sois educadores infantiles tened en cuenta todo lo que se ha dicho en la entrada y mostrar empatía a los peques. Para ellos la escuela es un mundo nuevo.
¡Muchas gracias Mel!
¡De nada, Mariela! 🙂