¡Hola, grupo! ¿Cómo lo estáis llevando? ¡Espero que genial! La verdad es que no sé qué le pasa a la gente con los seis años. Parece que antes de esa edad los niños pequeños ya tienen que saber leer, escribir, sumar, restar y no sé qué cuántas cosas más. Parece ser que el currículo de educación infantil tiene que ir a toda prisa sin estar adaptado a la realidad. Algunas personas, y eso incluye también a algunos padres, no son conscientes de que no todos los niños tienen el mismo ritmo de maduración.
¿Aprender a leer y a sumar en educación infantil?
Por ejemplo, no creo que leer y aprender a sumar (aunque sean operaciones increíblemente sencillas) sea uno de los objetivos importantes del currículo de educación infantil. Estamos hablando de que algunos maestros de educación infantil están pidiendo por las redes sociales ejercicios matemáticos para hacer con niños de cuatro años. ¿Ejercicios matemáticos? ¿Niños de cuatro años? Me parece algo exagerado y absurdo.
Pero eso al sistema educativo y a algunas familias les da igual. Están empeñados en que antes de los seis años, sus hijos ya tienen que ser casi unos expertos lectores, escritores y futuros matemáticos. Y cuidado: algún que otro progenitor podría enfadarse si algún maestro o profesor decidiera no llevar esa tarea a cabo en su aula. Lo peor de todo es que están convirtiendo la educación infantil en una preprimaria. Y eso no está bien.
¿Se adelantan aprendizajes en educación infantil?
Pero, ¿por qué tanta prisa? ¿realmente hay algún estudio en el que se diga que aprender a leer y a escribir en educación infantil será mejor para los pequeños? ¿obtendrán mejores calificaciones entonces? Pues hasta dónde yo sé, la respuesta es no. Un niño que sabe leer y escribir desde los cinco años no será mejor que uno que no sepa.
Y tampoco obtendrá mejores notas. De hecho, lo único que he leído han sido artículos dónde explican que no se puede obligar ni exigir a un niño que aprenda algo cuando no está preparado (y menos algo tan importante como la escritura y la lectura). Para eso se requiere un tiempo, un ambiente, unas habilidades, conocimientos concretos y por supuesto, experiencia previa de los maestros y educadores.
La mayoría de países que tenemos alrededor se echan las manos a la cabeza cuando leen o escuchan que en España enseñan a un niño a leer antes de los seis años, cuando por ejemplo, los innovadores fineses se centran en actividades lúdicas, en la educación emocional, en la imaginación, en la diversión y en la creatividad.
Me parece poco que únicamente se lleven las manos a la cabeza y que no estemos en el ojo del huracán de la educación al comparar nuestro currículo de educación infantil con el de ellos. Me da la sensación de que al entrar en el segundo ciclo de infantil se produce un proceso de velocidad y aceleración increíble.
Y que en muchos centros para conseguir esos objetivos que tienen como principales, utilizan esa metodología de «la letra con sangre entra». Es decir, como está dentro del currículo de educación infantil hay que enseñarlo de cualquier manera y momento, sin tener en cuenta el ritmo ni maduración de los niños. ¡Así nos va ir genial
¿A veces se produce un aprendizaje obligado?
Si se obliga a aprender a un niño algo que todavía no le interesa, algo por lo que no ha mostrado curiosidad, y encima con tan poca empatía, sensibilidad y dedicación, lo único que se va a conseguir es que el niño se encierre en sí mismo y se desmotive. Y no sólo se desmotivaría y se encerraría en sí mismo, sino que esa presión y esa exigencia podrían causarle enfermedades como una depresión infantil, ansiedad, problemas de alimentación y de sueño. ¿Y qué harían entonces los educadores y las familias?
Está claro que el currículo de educación infantil debería ser más flexible. Y con esto no quiero decir que no haya escuelas que no lo sean, pero la gran mayoría de ellas siguen al pie de la letra los objetivos marcados, siendo buenos o no para los más pequeños. Parece que a algunos centros solo les importa no salirse en ningún momento del guion. Pero lo que es cierto es que los centros educativos de infantil deberían ser un entorno lúdico donde se fomentara las ganas de aprender a través del juego, la imaginación, la experimentación y la creatividad.
Es una pena como una etapa tan preciosa como es la educación infantil, se llene de estrés, agobios, desmotivación y poca emoción. El currículo de educación infantil no debería consistir en dar fichas a los niños para que ellos las resuelvan estando sentados en la silla sin moverse.
Un niño tan pequeño no debería sentirse agobiado por aprender a sumar y a leer de forma obligada. La educación infantil es una etapa de descubrimiento, de convivencia, de experimentación, de autoconocimiento y de emociones. ¿Qué sentido tiene empezar a estresar a los niños en esta etapa? Entonces, ¿vosotros creéis que el currículo de educación infantil está obsoleto y necesita modificarse con urgencia?
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