¡Hola, grupo! ¿Cómo lo estás llevando? Hoy quería aportar mi pequeño granito de arena con lo que está ocurriendo en Valencia. Muchos niños pequeños no saben muy bien lo que ha ocurrido, se sienten confusos y tienen miedo. En el post de hoy voy a dar algunos consejos básicos para educadores y familias sobre cómo hablar de catástrofes con los niños. Para todos los afectados por la DANA que quieran hablar, deshagogarse o preguntarme cualquier duda/consulta sobre el ámbito de la educación infantil, mis redes sociales SIEMPRE están abiertas.
Con lo que está pasando muchos educadores y familias se enfrentan al desafío de cómo hablar de las catástrofes. Abordar estos temas de manera adecuada puede ayudar a los peques a procesar la información de manera coherente, fomentar la empatía y reforzar su sentido de seguridad.
Hablar de las catástrofes con los niños es fundamental. Para muchos adultos, la primera reacción puede ser evitar el tema o minimizarlo para proteger a los niños del dolor y la preocupación. Sin embargo, los niños son muy perceptivos. Quizás no comprendan todos los detalles, pero pueden captar emociones y notar cambios en el ambiente o en los adultos a su alrededor.
Hablar de las catástrofes con los niños les da la oportunidad de expresar sus miedos, resolver dudas y encontrar consuelo. Cuando los adultos evitan estos temas, los niños pueden interpretar que hay algo aterrador o prohibido que no se debe mencionar, lo que puede aumentar su ansiedad.
Post recomendado: Estudiar el Grado de Educación Primaria a distancia: ¿en qué universidades se puede?
Crear un ambiente seguro para hablar de catástrofes con los niños
Antes de iniciar cualquier conversación sobre catástrofes, es crucial establecer un ambiente de seguridad y confianza. Los niños deben sentirse cómodos para compartir lo que piensan y sienten sin temor a ser juzgados o ignorados. Este espacio seguro puede crearse mediante el uso de un lenguaje calmado, un tono de voz suave y un enfoque cálido. Es importante elegir un momento y un lugar donde el niño se sienta cómodo, sin distracciones, y donde la conversación pueda fluir de manera natural.
Escuchar antes de hablar: entender sus dudas y emociones
Uno de los errores más comunes es asumir que sabemos cómo se sienten los niños sobre una situación sin escuchar sus preguntas o inquietudes. Pregunta al niño qué ha escuchado o entendido acerca de la catástrofe. Esta aproximación nos permite aclarar malentendidos y adaptar la conversación según su nivel de comprensión. Algunos niños expresarán abiertamente sus miedos o preocupaciones; otros pueden tener dificultades para verbalizar sus sentimientos. Para estos últimos, puedes invitarles a dibujar o jugar, ya que estas actividades a menudo revelan lo que sienten o piensan.
Adaptar el lenguaje según la edad del niño
La edad y el nivel de desarrollo del niño son factores esenciales para determinar cómo hablar de las catástrofes a los niños. Para los más pequeños, por ejemplo, puede ser suficiente explicar que ocurrió un evento triste o difícil sin entrar en detalles gráficos o complejos. Es preferible utilizar palabras sencillas y comparaciones que ayuden a comprender la situación sin provocar miedo innecesario. A medida que los niños crecen, pueden comprender explicaciones más complejas, y es posible responder de manera más detallada, incluyendo conceptos como la solidaridad, la resiliencia y las formas de apoyo a las víctimas.
Ser siempre honestos con las preguntas de los niños
La honestidad es importante, pero debe manejarse con sensibilidad. Si el niño hace preguntas, responde de forma directa, sin dramatizar ni minimizar la situación. Puedes decir algo como: «Sí, fue un evento difícil, y algunas personas perdieron sus casas. Pero ahora mucha gente está ayudando a que las cosas mejoren.» De esta manera, evitas la desinformación y generas confianza en que puede contar contigo para hablar de temas difíciles.
Post recomendado: Cómo desarrollar la asertividad si sois educadores infantiles: ¡Consejos útiles!
Hablar sobre las emociones que surgen de la catástrofe
Cuando ocurre una catástrofe, tanto niños como adultos pueden experimentar una amplia gama de emociones: miedo, tristeza, confusión o incluso enojo. Asegúrate de validar esas emociones y expresar que es completamente normal sentir de esa manera ante situaciones difíciles. Puedes decir algo como: “Es natural que te sientas triste cuando oyes sobre estas cosas; a veces los adultos también se sienten así.” Esto no solo normaliza sus emociones, sino que también abre el camino para una conversación más profunda sobre cómo gestionar esos sentimientos.
Enfatizar los actos de ayuda y solidaridad
Mostrar cómo otras personas están ayudando después de una catástrofe puede traer alivio a los niños y restaurar su sentido de seguridad y esperanza. Comparte historias de rescatistas, voluntarios, médicos o comunidades que se unen para ayudar a los afectados. Estos ejemplos muestran el poder de la empatía y les enseñan que, a pesar de los momentos difíciles, siempre hay quienes trabajan para ayudar a los demás.
Enseñarles formas de contribuir y mostrar apoyo
Para algunos niños, involucrarse en actividades de ayuda puede ser una forma positiva de canalizar sus sentimientos y desarrollar un sentido de responsabilidad y empatía. Dependiendo de la edad, pueden hacer dibujos de apoyo, recolectar donaciones o, simplemente, aprender más sobre cómo ayudar a los demás. Sentirse parte de algo positivo en medio de una situación triste les permite ver el lado constructivo y cultivar su empatía.
Educar desde el ejemplo
Los niños aprenden mucho observando a los adultos en su vida, especialmente en cómo manejan las situaciones estresantes. Al mostrar maneras de gestionar el estrés, como expresar tus propias emociones de manera controlada o buscar momentos de calma, les das una referencia sobre cómo pueden afrontar sus propias emociones. Explicarles, por ejemplo, que los adultos también se preocupan pero que buscan soluciones y formas de ayudar, es una lección de vida sobre la resiliencia y la empatía.
Post recomendado: ¿Cómo llevar a cabo un huerto escolar y qué beneficios tiene para los peques?
Saber cuándo buscar apoyo externo
A veces, ciertos temas pueden generar una ansiedad significativa en los niños o reactivar miedos que no son fáciles de manejar. Si notas que el niño se muestra especialmente angustiado o que la conversación no le proporciona el alivio esperado, puede ser útil buscar la ayuda de un profesional, como un psicólogo infantil. Estos profesionales pueden ayudar a procesar las emociones complejas y proporcionar estrategias adicionales para manejar la ansiedad.
Mantener la puerta abierta para futuras conversaciones
Es importante recordar que hablar de catástrofes con los niños no es una conversación única. Ellos pueden necesitar tiempo para procesar y volver a plantear sus preguntas o preocupaciones más adelante. Deja claro que pueden hablar contigo siempre que lo necesiten y asegúrate de dar seguimiento a cómo están manejando la situación en los días o semanas siguientes. Esta disponibilidad les da seguridad y demuestra que sus emociones y pensamientos son importantes.
Hablar de las catástrofes con los niños requiere una combinación de empatía, sensibilidad y paciencia. Al ofrecerles un espacio seguro para expresar sus emociones y responder a sus preguntas con honestidad, ayudamos a que comprendan mejor el mundo que les rodea y desarrollen herramientas emocionales para afrontar situaciones difíciles. Como adultos, tenemos la oportunidad de ser un soporte en momentos de incertidumbre y de modelar la resiliencia y el compromiso con el bienestar de los demás.
¡Y hasta aquí el post de hoy! Espero (y ojalá) que este post pueda ayudar un poquito a educadores y familias que se enfrentan al desafío tan complicado de hablar de las catástrofes con los niños.
Mucho ánimo y un abrazote inmenso a todas las personas que están luchando y seguirán haciéndolo.