La regulación emocional es una de las habilidades más importantes que los niños pueden desarrollar en sus primeros años de vida. Entre los 3 y los 6 años, los pequeños experimentan emociones intensas pero aún no cuentan con las herramientas necesarias para gestionarlas de forma autónoma. Aquí es donde las rutinas se convierten en grandes aliadas. Por eso hoy vamos a hablar de algunas rutinas que ayudan a los niños a regularse emocionalmente. ¡Vamos a ello!
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Establecer rutinas que ayudan a los niños a regularse emocionalmente no solo les proporciona seguridad y previsibilidad, sino que también les enseña a identificar sus sentimientos y a responder ante ellos de manera saludable. A continuación, exploramos cinco rutinas prácticas y efectivas que pueden transformar el día a día en casa o en el aula.
¿Por qué son importantes las rutinas para la regulación emocional infantil?
Antes de profundizar en las rutinas específicas, es importante entender por qué funcionan tan bien. Los niños pequeños viven en un mundo que a menudo les resulta impredecible y abrumador. Las rutinas actúan como un mapa emocional que les ayuda a anticipar lo que vendrá, reduciendo la ansiedad y el estrés.
Cuando los niños saben qué esperar, se sienten más seguros. Esta seguridad es la base sobre la que construyen su capacidad de autorregulación emocional.
5 rutinas que ayudan a los niños a regularse emocionalmente
1. El rincón de la calma: un espacio para reconectar
Una de las rutinas que ayudan a los niños a regularse emocionalmente más efectivas es crear un rincón de la calma. Este espacio especial, equipado con cojines blandos, peluches, libros tranquilos y materiales sensoriales como botellas de purpurina o pelotas antiestrés, se convierte en un refugio cuando las emociones desbordan.
¿Cómo funciona el rincón de la calma?
La clave está en presentarlo como un lugar positivo, no como un castigo. Cuando un niño siente rabia, tristeza o frustración, puede acudir a este rincón para respirar, abrazarse a un cojín o simplemente estar en silencio. Con el tiempo, los pequeños aprenden a identificar cuándo necesitan un momento para ellos mismos.
2. Rutina de respiración consciente: el poder del aire
Enseñar técnicas de respiración adaptadas a la edad es otra de las rutinas que ayudan a los niños a regularse emocionalmente de forma natural. A los niños de 3 a 6 años les encantan las actividades lúdicas, así que convertir la respiración en un juego es ideal.
¿Cómo enseñar a los niños a respirar para calmarse?
Algunas técnicas divertidas incluyen:
- Respiración de la abeja: Inhalar por la nariz y exhalar haciendo el sonido «mmmm» como una abeja.
- Respiración del globo: Imaginar que el abdomen es un globo que se infla al inhalar y se desinfla al exhalar.
- Respiración de las velas de cumpleaños: Inhalar profundamente y exhalar suavemente como si apagaran velas.
Practicar estas técnicas de forma regular, por ejemplo cada mañana o antes de dormir, ayuda a que los niños las integren y puedan recurrir a ellas cuando lo necesiten.
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3. Validación emocional en la rutina diaria: nombrar lo que sienten
Incorporar momentos de validación emocional en las rutinas diarias es fundamental. Esto significa dedicar tiempo a preguntar a los niños cómo se sienten, nombrar sus emociones y ayudarles a comprenderlas.
¿Cómo hablar de emociones con niños pequeños?
Durante la comida, al salir del cole o antes de acostarse, se pueden hacer preguntas sencillas como: «¿Cómo te has sentido hoy?», «¿Ha habido algo que te haya puesto triste?» o «¿Qué es lo que más te ha gustado?». Al escuchar sus respuestas sin juzgar y validar sus sentimientos con frases como «entiendo que te sientas así» o «es normal sentirse enfadado cuando pasa eso», los niños aprenden que todas las emociones son válidas.
Esta es una de las rutinas que ayudan a los niños a regularse emocionalmente porque les enseña el vocabulario emocional necesario para expresarse.
4. El termómetro emocional: visualizar para comprender
El uso de herramientas visuales como el termómetro emocional puede convertirse en una rutina diaria muy poderosa. Este recurso ayuda a los niños a identificar la intensidad de sus emociones en una escala visual, generalmente con colores.
¿Cómo usar un termómetro emocional con niños?
Se puede crear un termómetro con colores que van desde el verde (tranquilo) hasta el rojo (muy enfadado). Cada día, en un momento concreto como el inicio de la jornada o después de una actividad, los niños pueden señalar en qué nivel se encuentran. Esto no solo les ayuda a tomar conciencia de su estado emocional, sino que también ofrece a los adultos información valiosa para acompañarles mejor.
5. Rutinas de despedida y bienvenida: transiciones emocionales suaves
Las transiciones son momentos críticos en la vida de los niños pequeños. Pasar de estar en casa a ir al colegio, de jugar a bañarse o de estar despierto a irse a dormir puede generar resistencia y desregulación emocional. Por eso, crear rutinas que ayudan a los niños a regularse emocionalmente durante estas transiciones es esencial.
¿Cómo facilitar las transiciones en niños pequeños?
Las rutinas de despedida y bienvenida funcionan muy bien:
- Por la mañana: Un abrazo especial, una canción de buenos días y repasar juntos lo que harán durante el día.
- Al llegar del cole: Un saludo cariñoso, un momento de conexión tranquila antes de empezar con otras actividades.
- Antes de dormir: Un ritual relajante que incluya baño, cuento, canciones suaves y palabras de cariño.
Estas pequeñas rutinas ofrecen puntos de anclaje emocional que ayudan a los niños a gestionar mejor los cambios.
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¿Qué beneficios tienen las rutinas de regulación emocional?
Implementar rutinas que ayudan a los niños a regularse emocionalmente trae múltiples beneficios:
- Mayor autonomía emocional
- Reducción de rabietas y conflictos
- Mejora en la comunicación de sentimientos
- Desarrollo de la empatía y la autoconciencia
- Fortalecimiento del vínculo afectivo con los adultos de referencia
¿Cuándo empezar con estas rutinas de regulación emocional?
No hay una edad mínima ni máxima para comenzar. Aunque este artículo se centra en niños de 3 a 6 años, muchas de estas rutinas pueden adaptarse a edades más tempranas o mantenerse en la infancia tardía. Lo importante es empezar cuanto antes, ya que cuanto más temprano se establezcan estos hábitos, más naturales serán para los niños.
Las rutinas que ayudan a los niños a regularse emocionalmente son herramientas poderosas que sientan las bases para un desarrollo emocional saludable. Con paciencia, constancia y mucho cariño, estas prácticas pueden transformar la forma en que los pequeños experimentan y gestionan sus emociones, preparándoles para una vida emocionalmente equilibrada.
Consejos finales para implementar estas rutinas
Para que las rutinas sean efectivas, es importante:
- Ser constante: Las rutinas funcionan cuando se repiten de forma regular.
- Adaptarlas a cada niño: Cada pequeño es único, así que observar qué funciona mejor en cada caso es fundamental.
- Modelar la regulación emocional: Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. Si los adultos también practican la respiración consciente o hablan de sus emociones, los pequeños aprenderán con mayor facilidad.
- Tener paciencia: La regulación emocional es un proceso de aprendizaje que requiere tiempo y práctica.


