¡Hola, grupo! ¿Cómo lo estáis llevando? ¡Espero que genial! En el post de hoy vamos a hablar sobre un tema puntiagudo: la situación de la educación infantil y las consecuencias para los educadores infantiles. ¿Os animáis a leer la entrada? ¡Vamos a ello!
¿En qué lugar queda la educación infantil?
Ya os respondo yo a esa pregunta: en un lugar bastante negativo. La educación infantil no es obligatoria, así que muchos piensan que no pertenece al sistema educativo y que no es importante. Sin embargo, muchos expertos en el ámbito educativo afirman que es una de las etapas más importantes del desarrollo.
La realidad es que la educación infantil nunca ha tenido un lugar positivo en el sistema educativo, y que la administración no se ha preocupado lo más mínimo de la etapa. Para mucha gente la educación infantil pasa totalmente desapercibida, y sus profesionales no tienen ningún valor.
Cuando querer no es siempre poder
Hace unos días en un grupo de educación infantil una chica preguntó por una posible huelga para luchar por una educación infantil de calidad y digna. La respuesta mayoritaria fue la siguiente: «aunque iría a la huelga de cabeza, no puedo permitírmelo».
Algunos educadores infantiles piensan que si se unieran todos para ir a una huelga las cosas cambiarían. ¡Y puede que sí! Pero hay que ser conscientes de que no todos los profesionales de la etapa pueden ir (aunque quieran) a esa huelga y que necesitan ese sueldo para poder vivir.
Es aquí cuando llega el querer no siempre es poder y las opiniones negativas hacia los educadores infantiles que no pueden acudir a una huelga por la etapa. Ellos no son unos cobardes, tampoco sienten menos vocación por la educación infantil y no se merecen malas palabras por parte de compañeros.
Con esta reflexión me gustaría recordar que cada persona vive una situación diferente y que cada una de ellas está luchando una batalla de la que poca gente es consciente. Las decisiones tomadas deberían ser respetadas y no machacar a nadie por ellas.
Los derechos de los educadores infantiles ninguneados
Está claro que todos los ciudadanos son libres de hacer una huelga para conseguir unas mejores condiciones en su trabajo, ¿pero qué pasa cuándo los derechos de los educadores infantiles son simplemente ninguneados? Os lo explico: tengo conocidas que hace algún tiempo estuvieron hablando de preparar una huelga y recibieron amenazas de despido por parte de su centro.
Es ahí cuando aparecen el miedo, la coacción y frases como éstas: «Cómo hagáis huelga, ya os podéis olvidar de trabajar aquí» o » Cómo se os ocurra protestar por algo, podéis ir buscando otro empleo». Ya no es que la educación infantil sea la etapa menos valorada, sino que también hay profesionales que no pueden ejercer su derecho por terror a quedarse sin trabajo.
¿Quién redactó el convenio de educación infantil?
Pues no sé os decir nombre y apellidos, pero lo que sí os puedo decir es que no tenía ni idea: unas ratios descontroladas, un salario que no se adapta ni siquiera mínimamente a lo que hacen los educadores infantiles en su día a día, y unas condiciones laborales en ocasiones pésimas.
No sé, llamadme loca, pero creo que el convenio de educación infantil debería haber sido escrito (cuanto menos) por una persona que hubiera pisado alguna vez en su vida un aula de infantil y que fuera consciente de lo que realmente significa trabajar en la profesión, pero por desgracia ya sabéis lo que hay.
¿Qué soluciones hay y cómo se puede mejorar?
Ojalá que no hiciese falta luchar por una educación infantil digna y de calidad. Ojalá que la etapa no fuese invisible para la administración, y ojalá todas las escuelas infantiles tuvieran condiciones óptimas de trabajo. Sin embargo, algo así es bastante complicado.
La huelga no es una opción para muchos, pero lo que sí podemos hacer todos es visibilizar lo más que podamos la etapa. Podemos compartir noticias, artículos, posts y blogs relacionados en nuestras redes sociales. Podemos empujar a una de las etapas educativas más importantes a que tenga su lugar y valor en el sistema.
Si vuestros hijos van a una escuela infantil, empezad por agradecer el trabajo diario que hacen los educadores infantiles con los peques, y el apoyo que recibís de su parte. Y si sois directores de una escuela infantil, podéis velar por unas buenas condiciones laborales dentro de vuestro centro.
Puede que querer no signifique siempre poder, pero de algo estoy segura: cada pequeño gesto cuenta. Y si tenemos un montón de pequeños gestos bonitos, algún día cercano lograremos tener la educación infantil que se merecen familias y peques.
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Si sois educadores infantiles y necesitáis asesoramiento personal, profesional y de formación, no dudéis en mandarme un correo a [email protected] o a echar un vistazo en mi sección de servicios. ¡Estaré encantada de trabajar con vosotros!