Las preguntas inteligentes que debes hacer en una entrevista de educación infantil no solo demuestran tu interés genuino por el puesto, sino que revelan tu profesionalidad y tu compromiso con una educación de calidad. Además, son tu herramienta para descubrir si ese centro realmente encaja contigo, con tus valores pedagógicos y con tu forma de entender la infancia.
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Cuando te llaman para una entrevista de trabajo en educación infantil, es normal que te prepares a fondo para responder todas las preguntas que puedan hacerte. Repasas tu experiencia, ensayas cómo explicar tu metodología y piensas en ejemplos concretos de tu trabajo con los peques.
Pero aquí viene la parte que muchas veces olvidamos: una entrevista no es un interrogatorio unidireccional. Es un diálogo donde tú también tienes derecho —y necesidad— de conocer a fondo el lugar donde posiblemente pasarás gran parte de tu tiempo y energía.
Por qué hacer preguntas te convierte en mejor candidato
Imagina que termina la entrevista y la directora te pregunta: «¿Tienes alguna duda?». Responder con un tímido «no, está todo claro» puede parecer conformista o poco interesado. En cambio, plantear cuestiones reflexivas sobre el proyecto educativo, el equipo o la filosofía del centro demuestra que no buscas simplemente un trabajo, sino un lugar donde desarrollarte profesionalmente y aportar valor.
Los centros de educación infantil de calidad valoran a los educadores que se cuestionan, que quieren saber más, que no se conforman con lo superficial. Porque educar a niños y niñas en sus primeros años de vida es una responsabilidad enorme, y necesitas estar segura de que el entorno laboral te va a permitir hacerlo de la mejor manera posible.
Las preguntas que realmente importan
Ahora sí, vamos a lo concreto. Estas son las preguntas que deberías tener en tu arsenal cuando llegue tu momento de preguntar. No tienes que hacerlas todas, pero sí elegir las que más resuenen contigo y con lo que necesitas saber.
1. ¿Qué metodología o enfoque pedagógico sigue el centro?
Esta pregunta es fundamental porque te permite conocer si el centro trabaja desde una perspectiva constructivista, Montessori, Reggio Emilia, Waldorf o si tienen un enfoque más tradicional. Necesitas saber si su filosofía educativa está alineada con la tuya. Si tú crees firmemente en el aprendizaje por proyectos y ellos trabajan exclusivamente con fichas, habrá un desajuste importante.
2. ¿Cómo se estructura el día a día en el aula?
Pregunta por las rutinas, los tiempos de juego libre, las actividades dirigidas, los momentos de asamblea. Esto te dará una imagen real de cómo transcurre la jornada y si hay espacio para la flexibilidad y la atención a las necesidades individuales de cada niño o niña.
3. ¿Cuál es la ratio de profesionales por aula y la distribución de tareas?
Saber cuántos adultos hay por cada grupo de niños y niñas es crucial. Una ratio adecuada marca la diferencia entre poder atender realmente a cada peque o ir constantemente desbordada. También es importante conocer si hay personal de apoyo, educadoras especialistas o si todo recae en una sola persona.
4. ¿Cómo se gestiona la comunicación con las familias?
La relación con las familias es uno de los pilares de la educación infantil. Pregunta si hay reuniones periódicas, qué tipo de comunicación diaria existe (agendas, apps, conversaciones presenciales), y cómo se involucra a las familias en el proceso educativo de sus hijos e hijas.
5. ¿Qué oportunidades de formación continua ofrece el centro?
Un buen centro apuesta por la formación de su equipo. Pregunta si organizan cursos, si facilitan la asistencia a jornadas o congresos, si hay espacios de formación interna. Esto te indica si valoran el desarrollo profesional o si consideran que ya lo sabes todo cuando llegas.
6. ¿Cómo se abordan los conflictos o situaciones complicadas con los niños y niñas?
Esta pregunta revela mucho sobre la filosofía del centro. ¿Utilizan el tiempo fuera? ¿Trabajan desde la disciplina positiva? ¿Cómo gestionan las rabietas o los momentos de frustración? Sus respuestas te dirán si hay coherencia entre lo que dicen creer y lo que realmente practican.
7. ¿Existe trabajo en equipo entre los educadores? ¿Cómo se organiza?
Necesitas saber si vas a trabajar en un equipo cohesionado donde hay reuniones, se comparten experiencias y se toman decisiones conjuntas, o si cada educador va por libre en su aula. El trabajo colaborativo enriquece enormemente la práctica educativa.
8. ¿Qué recursos y materiales están disponibles para las actividades?
Pregunta por los materiales didácticos, los espacios al aire libre, la biblioteca, los rincones de juego, los recursos tecnológicos si los hay. Un centro que invierte en recursos de calidad está invirtiendo en educación de calidad.
9. ¿Cómo se evalúa el desarrollo de los niños y niñas?
Es importante conocer si utilizan observación directa, portafolios, rúbricas o informes. También si esa evaluación es formativa, centrada en el proceso, o solo sumativa. Esto te dice mucho sobre cómo entienden el aprendizaje infantil.
10. ¿Cuáles son los principales desafíos actuales del centro?
Esta pregunta demuestra madurez profesional. No buscas un lugar perfecto, sino uno honesto. Si te hablan de los retos que enfrentan (adaptación de nuevas familias, mejora de espacios, actualización metodológica), verás que son transparentes y conscientes de que siempre hay aspectos a mejorar.
El momento de hacer tus preguntas
Generalmente, al final de la entrevista te darán la oportunidad de preguntar. No tengas prisa. Tómate tu tiempo para formular tus dudas con claridad. Puedes llevar un par de preguntas anotadas para no olvidarlas, pero intenta que la conversación fluya de manera natural.
Escucha con atención las respuestas. No se trata solo de hacer las preguntas, sino de analizar qué te están diciendo y cómo te lo están diciendo. Las respuestas evasivas, vagas o que contradicen lo que has observado durante tu visita son señales importantes.
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Tu intuición también cuenta
Más allá de las preguntas inteligentes que debes hacer en una entrevista de educación infantil, hay algo que ningún listado puede sustituir: tu intuición. Cuando entras en un centro, observa el ambiente, cómo interactúan los adultos con los niños y niñas, cómo se comunican entre el equipo, si los espacios están cuidados y pensados para la infancia.
¿Te imaginas trabajando ahí cada día? ¿Sientes que podrías crecer profesionalmente en ese lugar? ¿Los valores que transmiten conectan contigo? Esas sensaciones son igual de válidas que cualquier respuesta técnica que recibas.
Recuerda: tú también estás eligiendo
A veces, la necesidad de trabajar nos hace olvidar que nosotras también tenemos poder de decisión. Sí, ellos te están evaluando, pero tú también estás evaluando si ese es el lugar donde quieres invertir tu tiempo, tu creatividad y tu pasión por la educación infantil.
Hacer preguntas inteligentes no es ser exigente, es ser responsable contigo misma y con los niños y niñas con los que vas a trabajar. Mereces un entorno laboral que te valore, que te permita desarrollar tu labor educativa con calidad y que esté alineado con tu forma de entender la infancia.
Así que cuando llegue ese momento en la entrevista, respira hondo y pregunta todo lo que necesites saber. Las mejores oportunidades laborales son aquellas donde ambas partes se eligen mutuamente, con honestidad y claridad. Y eso solo se consigue haciendo las preguntas correctas.
Espero que este post sobre preguntas inteligentes que debes hacer en una entrevista de educación infantil te resulta útil.
¡Mucha suerte en tu próxima entrevista! Confía en ti, en tu preparación y en tu criterio profesional. Los centros que realmente valen la pena sabrán apreciar a una educadora que se cuestiona, que pregunta y que busca lo mejor para los peques con los que trabaja.
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