¡Hola, grupo! ¿Cómo lo estáis llevando? ¡Espero que genial! 🙂 Hoy toca una reflexión profunda sobre los educadores infantiles. A ver, ¿los educadores infantiles cuidan a los peques? Sí. ¿Pero es lo único que hacen en su jornada? Por supuesto que no. Ojalá de una vez por todas, la sociedad reconociera el valor, el esfuerzo y el trabajo de estos profesionales de corazón que siempre dan la mejor versión de sí mismos.
Los educadores infantiles velan por la salud y el bienestar íntegro de los más pequeños, pero son mucho más que limpiamocos o cuidadores, términos con los que mucha gente se dirige a ellos. Tampoco las escuelas infantiles son guarderías ni aparcaniños. Puede que a algunas personas les resulte rato, pero los niños aprenden y viven experiencias únicas en las aulas de infantil.
Puede que estéis pensando que lo de guardería y cuidadores son palabras utilizadas por personas mayores, pero desgraciadamente no es así. Mucha más gente de la que me gustaría sigue refiriéndose de esa manera a las escuelas infantiles y educadores. Para mi sorpresa, entre esas personas están medios de comunicación famosos e importantes del país y los propios estudiantes que se matriculan en el grado o ciclo formativo.
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Poco respeto y empatía
Aunque me encantaría decir lo contrario, muy poca gente valora y respeta de verdad el trabajo de los educadores infantiles. Es más, no solo no respeta la etapa educativa de 0-3 años si no que critica y ridiculiza en muchas ocasiones a los profesionales. Muchas personas creen que los educadores se pasan el día tirados en el suelo pintando murales con los peques, y nada más lejos de la realidad.
Comentarios ofensivos hacia los educadores infantiles sin ningún sentido
Yo sigo preguntándome lo siguiente: toda esa gente que habla como si nada de los educadores, ¿ha estado dentro de un aula alguna vez? Creo que no. Simplemente hablan para hacer daño, para infravalorar y despreciar el trabajo y la entrega de los educadores infantiles de corazón. Se trata de personas sin conocimiento que consiguen lastimar a unos profesionales que dan la mejor versión de sí mismos cada día.
Estudiantes que creen que «en las guarderías no se trabaja»
Por desgracia, hay jóvenes que entran a la carrera de magisterio infantil o al ciclo creyendo que es la profesión más fácil del mundo. Piensan que no hay que esforzarse, que únicamente hay que estar con los niños y cuando vengan sus padres volver a casa. ¡No podían estar más equivocados! Dedicarse a la educación infantil es algo complicado y no todo el mundo está preparado para ello.
Esta profesión no es en la que menos se trabaja, ni en la que menos hay que esforzarse, ni tampoco te pasas las horas pintando con los niños. Ser educadores infantiles es mucho, muchísimo más. Para trabajar en esta etapa se requiere de vocación, ilusión, motivación, cariño y paciencia. Desgraciadamente, en las aulas hay «educadores infantiles» que ni siquiera deberían llamarse así.
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Medios de comunicación que no ayudan a avanzar
Seguramente, vosotros también hayáis leído artículos escritos en periódicos sobre educación infantil en el que los autores escriben sobre guarderías y cuidadores. Precisamente esos artículos (queramos o no) los lee muchísima gente y cree que los términos utilizados para referirse al ámbito de la educación infantil son correctos. ¿No deberían escribirse artículos más respetuosos y adaptados a la realidad? Escuelas infantiles y educadores infantiles, por favor.
Valorar a los educadores infantiles cómo se merecen
¡Claro que está en la mano de cada uno! ¿Y si por ejemplo se mandaran un montón de correos a la redacción de esos periódicos para pedirles que no hablaran más de guarderías ni de cuidadores si no de escuelas y educadores infantiles? ¿Y si la gente se interesara de verdad en la labor que hacen los profesionales en las aulas en vez de criticar y hablar sin saber?
Entre todos (profesionales o no) se podría luchar por un convenio y unas condiciones muchísimo más dignas para los educadores infantiles. Se trata de apoyar, comprender y tender una mano a la etapa más infravalorada y menospreciada del sistema educativo. Estoy convencida de que juntos podemos ayudar a todos esos educadores de corazón que están cada día al pie del cañón y siempre con una sonrisa.
¡Y hasta aquí este post reflexivo sobre los educadores infantiles! ¿Qué os ha parecido? ¡Espero que os haya resultado interesante! Y por supuesto… ¡nos leemos en la próxima entrada!