¡Hola, grupo! ¿Cómo lo estáis llevando? ¡Espero que genial! ¿Creéis que es tarde para llevar a cabo nuestras verdaderas vocaciones? El post de hoy va precisamente de eso: de educadores infantiles, de pasión, de emoción, de miedos, y por supuesto, de vocación. ¡Espero que os animéis a leer la entrada entera!.
Hace unos días una lectora me dejaba un mensaje directo en Instagram. Me contaba que tenía treinta y dos años, que su sueño siempre había sido ser educadora infantil, pero tuvo que ponerse a trabajar pronto a jornada completa y no tuvo la oportunidad de estudiar el ciclo o la carrera. Decía que ahora tenía más tiempo, y me preguntaba que si era muy mayor para empezar a estudiar el ciclo, y que si en las prácticas podrían reírse de ella por su edad.
Os aseguro que en las palabras de la lectora pude leer un montón de emoción, ilusión, pasión, vocación e implicación por la educación infantil. Alguien con tanta convicción se merecía por lo menos intentar cumplir su sueño y llevar a cabo su verdadera vocación. Nunca es tarde para hacer lo que te gusta, date una oportunidad y confía en ti misma, le contesté prácticamente de inmediato.
El paralizante y estresante miedo al qué dirán
Pero, ¿y se reirán de mí en las prácticas por ser más mayor que los demás educadores infantiles? ¿Y qué pensarán los demás de volver a estudiar? ¿Dirán que ya no tengo edad para sacar los libros y ponerlos en la mesa? Esas eran tan solo unas pocas preguntas que me hizo la lectora por Instagram. Como veis, todas relacionados con lo que iban a pensar los demás de ella, y en qué lugar le dejarían ese tipo de comentarios.
Creedme que ese miedo es paralizante y estresante (lo sé porque lo he sentido y no es nada agradable). ¿Qué hay de malo en volver a estudiar tengáis la edad que tengáis? Lo importante son las ganas, la ilusión y si esa nueva etapa de estudiantes os hace sentir mariposas en el estómago y sonreír. Si vuestro sueño es estudiar educación infantil, lo mínimo que podéis hacer es daros una oportunidad. Lo que los demás piensen NO ES RELEVANTE.
¿La edad es un tema tabú para los educadores infantiles?
Tengo una amiga que está estudiando el ciclo formativo de educación infantil y en su clase hay dos mujeres de cuarenta años. Me cuenta que todas las compañeras están encantadas con ellas. Que son súper creativas, con muchísima imaginación, y que cada día transmiten muchísimo amor y cariño por la infancia. Es precisamente eso lo que se debería valorar en una entrevista: el amor y el cariño hacia la infancia, la emoción y la ilusión.
La edad no debería ser un tabú para los educadores infantiles. De hecho, en una de las escuelas infantiles en las que trabajé, mi educadora infantil de apoyo tenía más de cuarenta años, se había sacado hacía poquito el título, y aprendí MUCHÍSIMO DE ELLA. De hecho, a su lado yo parecía alguien sin experiencia (que en cierto modo era así), perdida y bastante confusa.
Ser educadores infantiles de corazón es lo que más importa
Ser educadores infantiles de corazón debería ser lo que más importe. ¿Qué más da si tenéis veinte, veinticinco, treinta y cinco o cuarenta años si lo que hacéis os apasiona? El trabajo en las escuelas infantiles deberían favorecer y fomentar esos conceptos: la ilusión, la emoción, el compañerismo o la vocación. Se trata de seguir aprendiendo de los compañeros y de disfrutar cada momento en el aula. ¿Eso es incompatible con alguien de cuarenta años?
Si os sentís como la lectora que me escribió en Instagram os animo a dar el salto. ¿Qué perdéis por estudiar el ciclo de educación infantil? ABSOLUTAMENTE NADA, sin embargo, sí podréis ganar un montón de experiencias positivas, un montón de bonitos recuerdos y nuevos aprendizajes si lo intentáis y os dais una oportunidad. Os aseguro que si tenéis la emoción, la pasión y la ilusión de hacerlo… ¡VALE LA PENA!
RECOMENDACIÓN: no os olvidéis que podéis echar un vistazo en este enlace a mi sección de servicios enfocados a educadores infantiles.