Las alergias alimentarias en escuelas infantiles representan uno de los desafíos más importantes para los profesionales de la educación infantil. Cada vez son más los niños y niñas diagnosticados con algún tipo de alergia alimentaria, y los educadores se encuentran en primera línea para garantizar su seguridad y bienestar durante el tiempo que pasan en el centro.
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Según datos recientes, aproximadamente el 8% de los niños menores de 5 años presenta alguna alergia alimentaria, siendo las más comunes las relacionadas con la leche, el huevo, los frutos secos, el pescado y el marisco. Esta realidad convierte la gestión de las alergias en una prioridad absoluta en cualquier escuela infantil.
¿Qué son las alergias alimentarias y por qué son más frecuentes en la infancia?
Una alergia alimentaria es una reacción del sistema inmunológico ante un alimento que identifica erróneamente como una amenaza. A diferencia de las intolerancias alimentarias, que suelen causar molestias digestivas, las alergias pueden desencadenar reacciones graves que comprometen la vida del niño.
En la etapa infantil, el sistema inmunológico está aún en desarrollo y el aparato digestivo es más permeable. Esto explica por qué muchas alergias aparecen durante los primeros años de vida. Afortunadamente, algunas de ellas, como la alergia a la leche o al huevo, pueden superarse con la edad, aunque otras como la alergia a los frutos secos suelen persistir.
¿Cómo identificar una reacción alérgica en el aula?
Los educadores deben estar preparados para reconocer los síntomas de una reacción alérgica, que pueden manifestarse de diferentes formas:
Síntomas leves o moderados
- Enrojecimiento o urticaria en la piel
- Picor en la boca, lengua o garganta
- Hinchazón de labios, cara o párpados
- Dolor abdominal, náuseas o vómitos
- Estornudos, congestión nasal o lagrimeo
Síntomas graves (anafilaxia)
- Dificultad para respirar o tragar
- Hinchazón de la lengua que obstruye las vías respiratorias
- Sibilancias o tos persistente
- Mareos, confusión o pérdida de consciencia
- Caída brusca de la tensión arterial
- Labios o piel azulada
La anafilaxia es una emergencia médica que requiere atención inmediata. Por eso, las alergias alimentarias en escuelas infantiles necesitan protocolos claros y personal formado que sepa actuar con rapidez.
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¿Qué debe incluir un protocolo de alergias en la escuela infantil?
Un protocolo efectivo para gestionar las alergias alimentarias en escuelas infantiles debe contemplar diferentes aspectos:
Información y documentación
Antes de que el niño comience en el centro, es imprescindible recopilar toda la información médica relevante:
- Informe médico actualizado con el diagnóstico específico
- Listado detallado de alimentos que debe evitar
- Descripción de reacciones previas
- Plan de actuación ante una reacción alérgica
- Medicación prescrita (antihistamínicos, corticoides, autoinyector de adrenalina)
- Datos de contacto de los padres y del pediatra
Esta documentación debe estar accesible para todo el personal que pueda estar en contacto con el niño, pero respetando siempre la privacidad y confidencialidad de los datos médicos.
Formación del personal
Todos los educadores y personal auxiliar deben recibir formación específica sobre:
- Tipos de alergias alimentarias más frecuentes
- Reconocimiento de síntomas de reacción alérgica
- Protocolo de actuación en caso de emergencia
- Prevención de la contaminación cruzada
- Comunicación con las familias
Esta formación debería actualizarse periódicamente y ampliarse cada vez que se incorpore un nuevo caso de alergia al centro.
Gestión del comedor y la cocina
El comedor escolar es el punto más crítico en la gestión de las alergias alimentarias en escuelas infantiles. Las medidas de seguridad incluyen:
- Menús adaptados y supervisados por profesionales
- Utensilios y superficies exclusivos para elaborar comidas sin alérgenos
- Etiquetado claro de los platos
- Personal de cocina formado en prevención de contaminación cruzada
- Protocolo para comprobar ingredientes de productos procesados
- Sistema de identificación de bandejas o platos para niños con alergias
Algunos centros optan por crear «zonas libres de alérgenos» durante las comidas o establecer turnos diferenciados para minimizar riesgos.
Gestión de actividades y celebraciones
Las actividades especiales como cumpleaños, fiestas o talleres de cocina requieren planificación adicional:
- Informar a las familias sobre la política del centro respecto a cumpleaños y meriendas
- Ofrecer alternativas seguras para el niño con alergia
- Revisar ingredientes de manualidades que puedan contener alérgenos (plastilina con harina, pintura de dedos comestible)
- Supervisar que no se compartan alimentos entre niños
- Establecer un sistema de «cumpleaños saludable y seguro» con opciones validadas
Es fundamental que el niño con alergia no se sienta excluido de las celebraciones, sino que pueda disfrutarlas con seguridad.
¿Cómo actuar ante una reacción alérgica en la escuela?
A pesar de todas las precauciones, puede producirse una reacción alérgica. El protocolo de actuación debe ser rápido y claro:
Ante síntomas leves
- Mantener la calma y tranquilizar al niño
- Retirar inmediatamente cualquier resto del alimento
- Observar al niño de cerca durante al menos 30 minutos
- Administrar antihistamínico si está prescrito
- Contactar con la familia para informar del incidente
- Registrar el episodio con todos los detalles
Ante síntomas graves o anafilaxia
- Activar el protocolo de emergencia inmediatamente
- Tumbar al niño con las piernas elevadas (a menos que tenga dificultad respiratoria, en cuyo caso debe estar sentado)
- Administrar el autoinyector de adrenalina siguiendo las instrucciones
- Llamar al 112 e indicar que se trata de una anafilaxia
- Mantener al niño acompañado y vigilado constantemente
- Estar preparado para realizar RCP si fuera necesario
- Contactar con la familia
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¿Cómo prevenir la contaminación cruzada en el aula?
La contaminación cruzada ocurre cuando un alérgeno entra en contacto accidental con un alimento que debería estar libre de él. En las escuelas infantiles, esto puede suceder a través de:
- Utensilios compartidos (cucharas, tablas de cortar, platos)
- Superficies sin limpiar adecuadamente (mesas, sillas, juguetes)
- Manos sucias de otros niños
- Restos de alimentos en la ropa o cara de otros niños
Medidas preventivas efectivas
- Lavado de manos antes y después de cada comida (con agua y jabón, no solo con gel hidroalcohólico)
- Limpieza minuciosa de mesas y superficies
- Prohibición de compartir alimentos entre niños
- Supervisión durante las comidas
- Lavado de juguetes que puedan haber estado en contacto con alimentos
- Creación de hábitos de higiene desde edades tempranas
¿Qué papel juegan las familias en la gestión de alergias?
La colaboración entre la escuela y las familias es fundamental para garantizar la seguridad del niño. Las familias deben:
- Proporcionar toda la información médica actualizada
- Entregar la medicación necesaria con fecha de caducidad vigente
- Comunicar cualquier cambio en el estado del niño o nuevas alergias
- Reforzar en casa las normas de seguridad
- Participar en las reuniones informativas del centro
- Respetar las normas sobre alimentos permitidos en cumpleaños o celebraciones
Por su parte, la escuela debe mantener una comunicación fluida, informando a las familias sobre cualquier incidente, cambio en el menú o actividad especial que requiera precauciones adicionales.
¿Cómo crear un ambiente inclusivo para niños con alergias?
Más allá de la seguridad física, es importante cuidar el bienestar emocional del niño con alergia. Las alergias alimentarias en escuelas infantiles pueden hacer que algunos niños se sientan diferentes o excluidos.
Estrategias para fomentar la inclusión
- Normalizar las alergias hablando de ellas con naturalidad
- Utilizar cuentos o materiales educativos sobre alergias
- Incluir a todos los niños en las celebraciones con alternativas seguras
- Evitar hacer diferencias evidentes que puedan señalar al niño
- Fomentar la empatía y el cuidado entre compañeros
- Empoderar al niño alérgico para que conozca qué puede y qué no puede comer
A medida que los niños crecen, es importante educarles sobre su propia alergia, enseñándoles a identificar situaciones de riesgo y a pedir ayuda cuando la necesiten.
¿Qué dice la legislación sobre alergias en centros educativos?
La normativa española obliga a los centros educativos a garantizar la seguridad de los alumnos con alergias. Según el Reglamento (UE) 1169/2011, es obligatorio informar sobre la presencia de los 14 alérgenos principales en cualquier comida servida en el centro.
Además, muchas comunidades autónomas han desarrollado protocolos específicos para la gestión de las alergias alimentarias en escuelas infantiles, estableciendo las responsabilidades de los centros educativos y los procedimientos a seguir.
Los educadores tienen el deber de aplicar estos protocolos y de actuar con la diligencia debida para proteger a los niños bajo su responsabilidad.
Consejos prácticos para educadores
Para terminar, algunos consejos que pueden facilitar la gestión diaria de las alergias en el aula:
Organización
- Mantener un archivo actualizado con la información de cada niño alérgico
- Tener la medicación siempre accesible pero fuera del alcance de los niños
- Colocar recordatorios visuales en zonas clave (cocina, comedor, aula)
- Revisar regularmente las fechas de caducidad de la medicación
Comunicación
- Establecer un sistema de comunicación diaria con las familias (agenda, app del centro)
- Informar a los sustitutos o personal eventual sobre los casos de alergia
- Coordinar con el equipo todo el personal que pueda estar en contacto con el niño
Formación continua
- Participar en cursos de actualización sobre alergias y primeros auxilios
- Practicar regularmente el uso del autoinyector de adrenalina
- Estar al día de las novedades en protocolos y legislación
La gestión de las alergias alimentarias en escuelas infantiles es una responsabilidad que requiere conocimiento, organización y compromiso por parte de todo el equipo educativo. Aunque pueda parecer complejo al principio, con un buen protocolo y la formación adecuada, es perfectamente posible crear un entorno seguro donde todos los niños puedan aprender y jugar sin riesgos.
La clave está en la prevención, la formación continua y la colaboración estrecha con las familias. Cada educador tiene en sus manos la posibilidad de marcar la diferencia en la vida de un niño con alergia, permitiéndole disfrutar de su etapa en la escuela infantil con plena seguridad y normalidad.
Porque educar también es cuidar, proteger y crear espacios donde cada niño, con sus particularidades, pueda desarrollarse plenamente.


