¿Cómo saber si un niño tiene un trastorno del lenguaje?
Los trastornos del lenguaje en infantil afectan la comprensión, la expresión o el uso del lenguaje. Pueden detectarse desde los primeros años si se observan señales como escaso vocabulario, dificultad para formar frases o problemas en la pronunciación. Actuar a tiempo con apoyo de un logopeda puede marcar una gran diferencia en su desarrollo escolar y social.
¡Hola, hola! ¿Cómo lo estás llevando? ¡Espero que bien! En el post de hoy vamos a hablar de los trastornos del lenguaje en infantil más habituales y cómo podríamos detectarlos. ¡Allá vamos!
Los trastornos del lenguaje en infantil son más comunes de lo que pensamos y, sin embargo, muchas veces pasan desapercibidos o se confunden con retrasos madurativos que se cree que “se solucionarán solos”. Esta percepción puede llevar a una intervención tardía, justo en la etapa en la que el desarrollo del lenguaje es más moldeable y sensible.
Conocer los tipos de trastornos del lenguaje, sus signos más habituales y qué hacer ante ellos es fundamental para familias y educadores.
🎯 ¿Qué son los trastornos del lenguaje?
Los trastornos del lenguaje son alteraciones que afectan la adquisición, el desarrollo y/o el uso del lenguaje oral o escrito. Estas dificultades pueden manifestarse a nivel de comprensión, expresión, pronunciación, vocabulario, gramática o pragmática (uso social del lenguaje).
No se deben confundir con simples retrasos en el habla. Un trastorno implica que hay una desviación significativa respecto al desarrollo típico, y en muchos casos, puede persistir si no se aborda de forma adecuada.
Pueden tener múltiples causas: desde factores genéticos, neurológicos o auditivos, hasta entornos con poca estimulación lingüística. También pueden aparecer de forma aislada o asociados a otras condiciones como TEA, TDAH o discapacidad intelectual.
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🧩 Tipos de trastornos del lenguaje en infantil más comunes
Existen distintos tipos de trastornos del lenguaje en la infancia, y cada uno presenta características específicas. Estos son algunos de los más frecuentes:
- Trastorno del lenguaje (antes TEL o Trastorno Específico del Lenguaje): afecta a la expresión y/o comprensión sin que exista una causa clara. Es persistente y requiere apoyo especializado.
- Dislalia: dificultad para articular correctamente ciertos sonidos o fonemas (por ejemplo, “r” o “s”).
- Disfemia o tartamudez: interrupciones del ritmo del habla que afectan la fluidez, como repeticiones o bloqueos.
- Retraso simple del lenguaje: el desarrollo del lenguaje va más lento, pero evoluciona con una buena intervención. No siempre es un trastorno como tal.
- Trastornos del lenguaje asociados a otras condiciones: como en niños con TEA, donde puede haber dificultades en la comunicación funcional, la comprensión de normas conversacionales o el uso del lenguaje con fines sociales.
🔍 ¿Cómo detectar los primeros signos de alerta?
Detectar un trastorno del lenguaje a tiempo es clave para una intervención eficaz. Algunos signos de alerta en bebés y niños pequeños que deben ponernos en alerta son:
- A los 12 meses: no balbucea, no responde a su nombre ni a sonidos familiares.
- A los 18 meses: no señala, no dice palabras simples, no imita sonidos.
- A los 2 años: no combina palabras, tiene un vocabulario muy limitado o es difícil de entender incluso para familiares.
- A los 3 años: no construye frases, presenta errores gramaticales muy marcados o confusiones constantes de palabras.
- En cualquier momento: pérdida de habilidades que ya había adquirido o un estancamiento prolongado en el desarrollo del habla.
También es importante observar el lenguaje no verbal: gestos, expresiones, contacto visual y deseo de comunicarse. Un niño que no habla, pero se comunica activamente, tiene un perfil distinto al que evita cualquier forma de interacción.
🧑🏫 ¿Qué papel tienen los educadores infantiles?
Los educadores infantiles están en una posición privilegiada para detectar señales tempranas de alerta. Su observación diaria en el aula les permite notar patrones, dificultades recurrentes o diferencias notables con respecto a otros niños de la misma edad.
Su papel es esencial, ya que pueden:
- Observar el uso del lenguaje en contextos sociales y educativos.
- Estimular el lenguaje con juegos, canciones, cuentos y rutinas ricas en vocabulario.
- Compartir sus observaciones con la familia de forma empática, sin alarmismos, pero con firmeza.
- Coordinarse con profesionales como logopedas, orientadores escolares o equipos de atención temprana.
El trabajo en red entre escuela y familia es fundamental para ofrecer una respuesta ajustada y eficaz.
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🧒 ¿Qué pueden hacer las familias en casa?
Las familias juegan un papel clave en el desarrollo del lenguaje. Además de brindar amor y contención emocional, pueden ayudar a sus hijos con acciones muy concretas:
- Hablarles mucho, con frases claras y naturales.
- Evitar corregir o reírse de sus errores de pronunciación, y en cambio, repetir correctamente la palabra en contexto.
- Leer cuentos desde bebés y usar libros interactivos o con pictogramas.
- Cantar canciones, hacer rimas, jugar con sonidos.
- Darles tiempo para expresarse sin interrumpirlos ni completar sus frases.
- Consultar con profesionales si notan señales que les preocupan.
La intervención precoz no es solo una cuestión técnica, sino también emocional: ayuda al niño a sentirse comprendido, seguro y capaz.
🧭 ¿Qué hacer si se sospecha de un trastorno del lenguaje?
Ante la sospecha de un trastorno del lenguaje, lo mejor es actuar sin perder tiempo. Esperar “a ver si mejora” puede retrasar el diagnóstico y empeorar el pronóstico.
Pasos recomendados:
- Hablar con el pediatra: es la primera figura a consultar. Puede derivar a especialistas.
- Evaluación logopédica: un logopeda evaluará las habilidades lingüísticas del niño y determinará si existe un trastorno y cuál es su naturaleza.
- Intervención individualizada: si se confirma el diagnóstico, se establecerá un plan de intervención adaptado a las necesidades del niño.
- Colaboración familia-escuela-logopeda: el trabajo conjunto es la clave para el éxito.
Recordemos que los trastornos del lenguaje no desaparecen solos. Pero con intervención temprana, muchos niños logran avances significativos e incluso desarrollan una comunicación funcional y efectiva.
El lenguaje es una herramienta fundamental para aprender, relacionarse, expresar emociones y comprender el mundo. Cuando un niño presenta dificultades, no es cuestión de esperar ni de comparar con otros. Es momento de actuar.
Educar en el respeto, la escucha y el acompañamiento es también saber cuándo pedir ayuda. Detectar un trastorno del lenguaje a tiempo puede marcar una gran diferencia en el futuro escolar, emocional y social del niño.
¡Y hasta aquí la entrada sobre trastornos del lenguaje en infantil! ¿Qué te ha parecido? ¡Ojalá te haya resultado útil y de ayuda! Y por supuesto… ¡nos leemos en el próximo post!