¡Hola, hola!! ¿Cómo lo estás llevando? ¡Espero que genial! En el post de hoy te voy a hablar de los beneficios para los peques de llevar a cabo un huerto escolar. ¿Te animas a leer la entrada completa? ¡Vamos a ello!
Crear un huerto escolar es una actividad educativa que despierta el interés y la curiosidad de los niños, acercándolos a la naturaleza y enseñándoles sobre el ciclo de vida de las plantas. Para los niños pequeños, participar en el cuidado de un huerto implica una oportunidad de aprendizaje que abarca múltiples áreas de desarrollo, desde la responsabilidad y la paciencia hasta la observación científica y la creatividad.
Además, trabajar con un huerto proporciona una vía efectiva para que los peques desarrollen un respeto por el medio ambiente y comprendan la importancia de una alimentación saludable.
Beneficios más importantes del huerto escolar
Desarrollo emocional y social
A través del huerto, los niños aprenden sobre responsabilidad y cuidado. La tarea de regar, limpiar y vigilar el crecimiento de las plantas enseña a los peques a ser responsables de un ser vivo que depende de ellos. También fomenta la paciencia y la perseverancia, ya que las plantas no crecen de un día para otro, sino que requieren un cuidado continuo y delicado.
En el aspecto social, el trabajo en el huerto promueve el trabajo en equipo, ya que los niños colaboran para cuidar las plantas y aprenden a dividirse las tareas. Esta actividad cooperativa contribuye a fortalecer las relaciones entre ellos, ya que se turnan para realizar distintas tareas y comparten sus experiencias y descubrimientos.
Educación ambiental desde la infancia
La introducción de un huerto en el aula permite a los niños aprender de forma práctica sobre la naturaleza y el medio ambiente. Al ver crecer las plantas y experimentar de primera mano los efectos del agua, el sol y la calidad del suelo, los peques desarrollan una comprensión temprana sobre el ecosistema. Además, aprenden a valorar el entorno y los recursos naturales, comprendiendo por qué es importante cuidar y preservar el planeta.
Promoción de hábitos alimenticios saludables
Los huertos escolares ofrecen una excelente oportunidad para introducir a los niños en una dieta equilibrada y nutritiva. Al plantar verduras y hortalizas, los peques ven de primera mano cómo se produce la comida. Además, en muchos casos, se sienten motivados a probar los alimentos que ellos mismos han cultivado. Esta conexión con los alimentos fomenta un interés por una alimentación saludable y, con el tiempo, puede ayudar a establecer hábitos de nutrición conscientes.
Post recomendado: ¿Cuáles son las mejores universidades online para estudiar en España?
Cómo implementar un huerto escolar
Paso 1: elección del espacio
Es importante seleccionar un lugar adecuado, preferiblemente una zona bien iluminada que reciba luz natural, como una ventana soleada o una pequeña área en el patio de la escuela. Si el aula no tiene acceso a un área exterior, se pueden utilizar huertos verticales, macetas en las ventanas o sistemas hidropónicos en espacios pequeños.
Paso 2: materiales necesarios
Para un huerto en el aula de infantil, necesitarás:
- Recipientes: Si no se dispone de terreno, puedes usar cajas de madera, macetas o incluso contenedores reciclados como botellas de plástico cortadas.
- Tierra y compost: Es fundamental contar con tierra de buena calidad y abono orgánico para asegurar un crecimiento saludable. El compost se puede hacer en el aula con restos de frutas y verduras, una actividad educativa en sí misma.
- Semillas o plantones: Es recomendable optar por plantas de crecimiento rápido y fácil, como lechugas, espinacas, zanahorias, tomates cherry, o plantas aromáticas (como menta, romero y tomillo).
- Herramientas adaptadas para niños: Palas pequeñas, regaderas ligeras y guantes de jardinería de tamaño infantil son herramientas útiles que permiten a los niños participar activamente sin dificultad.
Paso 3: distribución de tareas y roles
Asignar roles claros a los niños ayuda a estructurar el proceso y a que todos participen en el cuidado del huerto. Algunas tareas que pueden realizar incluyen:
- Riego: encargarse de regar las plantas regularmente, enseñándoles cuánto y cuándo hacerlo.
- Control de crecimiento: los niños pueden medir y registrar el crecimiento de las plantas en un diario, observando cambios y dibujando el desarrollo de las plantas.
- Limpieza del área: enseñarles a mantener limpio el espacio del huerto, retirando hojas secas o plantas que hayan cumplido su ciclo de vida. Rotar estas tareas semanalmente es una forma de asegurar que todos los peques tengan la oportunidad de realizar diferentes actividades.
Proceso de creación del huerto escolar paso a paso
-
Preparación de la tierra y macetas: llenar las macetas con una mezcla de tierra y compost. En esta etapa, se les puede permitir a los niños explorar la textura y el olor de los materiales, lo que es muy beneficioso para el desarrollo sensorial.
- Plantación de semillas o plántulas: explica a los niños cómo sembrar las semillas, teniendo en cuenta que cada tipo de planta puede requerir una profundidad o espacio diferente. Este paso es ideal para enseñarles sobre el tamaño de las semillas y su relación con el tipo de planta que crecerá.
- Riego y cuidado constante: aquí, los niños aprenden sobre la frecuencia y la cantidad de agua que las plantas necesitan. También pueden hacer registros de las veces que riegan y las cantidades de agua utilizadas, con lo cual comienzan a desarrollar nociones de observación y registro.
- Control del crecimiento y observación de cambios: esta fase les permite identificar los diferentes estados de desarrollo de las plantas y llevar un seguimiento en sus diarios. La observación detallada les enseña a ser pacientes y cuidadosos, dos cualidades importantes para su desarrollo.
-
Cosecha y degustación: la cosecha es el momento más emocionante para los peques, ya que pueden ver el fruto de su trabajo. Puedes organizar una pequeña degustación para que prueben las verduras que han cultivado, lo que promueve el consumo de alimentos frescos.
Post recomendado: 10 libros sobre la Pedagogía Montessori para educar peques felices y seguros de sí mismos
Actividades complementarias para el huerto escolar
Diario de crecimiento del huerto
Cada niño puede tener un cuaderno en el que dibuja y anota lo que observa en el huerto, como el crecimiento de las plantas, el color de las hojas o la aparición de flores. Este diario no solo desarrolla su capacidad de observación, sino que también fomenta su creatividad y habilidades de escritura.
Creación de un calendario de siembra y cosecha
Elaborar un calendario visual del ciclo de siembra y cosecha ayuda a los niños a entender mejor los tiempos y la estacionalidad. Puedes utilizar imágenes de las plantas en sus diferentes etapas para crear un gráfico que los niños puedan seguir y consultar.
Lectura de cuentos sobre la naturaleza
Los cuentos o relatos sobre el crecimiento de las plantas, el ciclo del agua o la vida de los animales que interactúan con el huerto son una excelente forma de complementar la actividad práctica. Estos cuentos les ayudan a relacionar lo que ven en el huerto con historias y conceptos más amplios sobre la naturaleza.
Experimentos y observación científica
Realizar pequeños experimentos, como plantar semillas en distintas condiciones (con o sin luz, con más o menos agua), permite a los niños entender cómo el ambiente influye en el crecimiento. También pueden observar insectos o lombrices que viven en la tierra, promoviendo la curiosidad y el respeto por todos los seres vivos.
¡Y hasta aquí el post sobre cómo llevar a cabo un huerto escolar! ¿Qué os ha parecido? ¿Ya lo has hecho con los peques? ¡Ojalá te haya resultado interesante y útil! Y por supuesto… ¡nos leemos en la próxima entrada!