¡Hola, grupo! ¿Cómo lo estáis llevando? ¡Espero que genial! 🙂 En el post de hoy vamos a hablar del aprendizaje basado en retos. ¡Vamos a ello!
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La educación infantil es una etapa clave en el desarrollo de los niños, ya que es en estos primeros años donde se sientan las bases de su aprendizaje futuro. Una metodología innovadora y efectiva que cada vez cobra más relevancia es el aprendizaje basado en retos (ABR).
Aunque esta estrategia se ha empleado con mayor frecuencia en niveles educativos superiores, su adaptación al aula infantil puede generar un impacto profundo y positivo en la manera en que los niños exploran el mundo, desarrollan el pensamiento crítico y adquieren nuevas habilidades.
¿Qué es el aprendizaje basado en retos?
El aprendizaje basado en retos es una metodología educativa que plantea a los niños un desafío o problema real que deben resolver mediante la experimentación, la colaboración y la creatividad. A diferencia de las estrategias tradicionales donde el maestro proporciona toda la información y las respuestas, en el ABR los niños son protagonistas de su propio aprendizaje y buscan soluciones de manera autónoma o guiada.
Este enfoque se fundamenta en el aprendizaje activo y en la idea de que los niños aprenden mejor cuando enfrentan situaciones que requieren exploración, análisis y resolución de problemas. Al presentarles retos relacionados con su entorno cotidiano, los niños se sienten motivados para investigar, plantear hipótesis y probar soluciones a través del juego y la experimentación.
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¿Por qué es beneficioso en educación infantil?
La educación infantil es un periodo en el que los niños son naturalmente curiosos y aprenden a través de la exploración sensorial, la manipulación de materiales y la interacción con su entorno.
El aprendizaje basado en retos potencia estas características innatas y aporta una serie de beneficios fundamentales:
- Fomenta la autonomía y la confianza en sí mismos: los niños adquieren un papel activo en su aprendizaje, lo que refuerza su autoestima y autonomía al comprobar que pueden resolver problemas por sí mismos.
- Desarrolla el pensamiento crítico y la creatividad: enfrentar desafíos requiere que los niños piensen de manera lógica y creativa, explorando diferentes soluciones y evaluando sus resultados.
- Promueve el trabajo en equipo y la comunicación: muchos retos pueden resolverse en grupo, lo que ayuda a los niños a aprender a compartir ideas, negociar y colaborar con otros.
- Potencia la curiosidad y la motivación intrínseca: resolver un reto es una experiencia emocionante que despierta el deseo de aprender más y explorar nuevas ideas.
- Mejora la capacidad de resolución de problemas: desde una edad temprana, los niños aprenden a analizar situaciones, planear estrategias y adaptarse a nuevas circunstancias, habilidades clave para su futuro académico y personal.
- Conecta el aprendizaje con la vida real: al abordar retos relacionados con su entorno inmediato, los niños comprenden mejor el propósito del aprendizaje y lo aplican de manera significativa.
¿Cómo aplicarlo en un aula de educación infantil?
Implementar el aprendizaje basado en retos en educación infantil requiere un enfoque dinámico y flexible. A continuación, se presentan algunas estrategias prácticas para introducir esta metodología en el aula:
🧩Plantear retos adecuados a su nivel de desarrollo
Los retos deben ser estimulantes, pero accesibles para los niños. Deben permitirles experimentar y descubrir sin generar frustración. Algunos ejemplos pueden ser:
- ¿Cómo podemos construir una casa para nuestros muñecos con materiales reciclados?
- ¿Cómo podemos hacer que un barquito de papel flote más tiempo en el agua?
- ¿Cómo podemos clasificar diferentes hojas o piedras del patio?
🎨Fomentar la exploración y el juego libre
El ABR en infantil debe basarse en la exploración y el juego, ya que estos son los motores naturales del aprendizaje a esta edad. Es recomendable ofrecer materiales variados (bloques, plastilina, telas, elementos naturales) y permitir que los niños experimenten con ellos antes de guiar el proceso.
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💡Guiar sin imponer respuestas
El rol del educador en el ABR es acompañar a los niños en su proceso de descubrimiento, haciéndoles preguntas abiertas en lugar de darles respuestas directas. Preguntas como “¿Qué crees que pasaría si…?” o “¿Cómo podríamos hacer esto de otra manera?” ayudan a fomentar el pensamiento crítico.
🤝Trabajar en proyectos colaborativos
Los retos pueden abordarse de manera individual, pero los proyectos grupales permiten que los niños aprendan a cooperar y valorar las ideas de sus compañeros. Un ejemplo de proyecto podría ser la creación de un huerto en el aula: ¿Cómo podemos hacer que las plantas crezcan más rápido?
🔍Documentar el proceso
Es importante registrar la evolución del reto mediante fotografías, dibujos o grabaciones. Esto permite a los niños reflexionar sobre lo que han aprendido y compartir sus descubrimientos con otros.
🏆Celebrar el esfuerzo y no solo el resultado
En el aprendizaje basado en retos, lo más importante es el proceso, no solo la solución final. Se debe reforzar el esfuerzo, la perseverancia y la creatividad de los niños, sin enfocarse únicamente en si lograron o no la “respuesta correcta”.
🌱Relacionar los retos con el entorno del niño
Los mejores retos son aquellos que tienen sentido para los niños y que están relacionados con su vida cotidiana. Por ejemplo, si ha llovido, se puede plantear el reto: “¿Cómo podríamos recolectar agua de lluvia para regar las plantas?”
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📚Evaluar de manera cualitativa
La evaluación en educación infantil debe centrarse en la observación y la documentación del proceso. Se pueden utilizar diarios de aula, registros fotográficos y conversaciones con los niños para valorar su participación y progreso en la resolución de los retos.
¡Y hasta aquí la entrada sobre el aprendizaje basado en retos! ¿Qué os ha parecido la entrada? ¡Ojalá os haya resultado útil! Y por supuesto… ¡nos leemos en la próxima entrada!