A veces el camino de la educación infantil no es sencillo. Conozco a personas con muchísima ilusión y pasión por la infancia que todavía no han tenido la oportunidad de demostrar lo mucho que aprecian esta profesión. No estoy hablando solo de técnicos y graduados con sus títulos recién obtenidos, sino de educadores infantiles que ya trabajan en escuelas. 🙁
¿Cómo es posible que alguien que ya trabaja en educación infantil no haya tenido oportunidad de demostrar lo mucho que le apasiona esta profesión? ¿Y por qué los técnicos y graduados recientes tampoco? ¡Os animo a seguir leyendo para intentar resolver conmigo las pregunta del millón!
Abrir escuelas infantiles solo para ganar dinero y obtener beneficios
Por desgracia, hay personas que han abierto escuelas infantiles únicamente para obtener beneficio. Personas que ven la educación infantil como un negocio más y que no se preocupan por el bienestar de los trabajadores ni de los niños. Al principio de estos casos, los dueños de las escuelas entrevistan a educadores infantiles y les ilusionan y emocionan con una idea que luego casi nunca se lleva a cabo.
¿El resultado? Centros que inflan las ratios (más todavía) para ganar dinero extra, educadores infantiles que no cuentan con ningún apoyo en su jornada y niños que no reciben la atención correcta ni necesaria. Siempre he dicho que para ser buenos profesionales (en cualquier trabajo) hay que ser buenas personas. ¿Qué hay de bueno en ofrecer pésimas condiciones a los educadores y no preocuparse por la atención de los peques?
Técnicos y graduados en educación infantil buscando una oportunidad
Tengo amigos que han terminado el ciclo formativo superior y la carrera con éxito que buscan una oportunidad para demostrar todo lo que han aprendido. ¿El problema? Seguro que lo adivináis vosotros: que solo tienen la experiencia de las prácticas profesionales. Cada vez son menos las escuelas infantiles que dan oportunidades a personas que todavía no han podido trabajar en ningún centro.
Soy consciente que este problema no solo se da en la educación infantil, pero, ¿cómo se pretende entonces que los recién titulados cojan experiencia si no se les da ninguna oportunidad? Os contaré lo que dicen algunas gestiones de escuelas infantiles: podemos hacerte un contrato de tres meses de prácticas con posibilidad de cambio en un futuro. ¿Qué significa esto? Un salario ridículo (incluso nulo) a cambio de experiencia en escuelas infantiles.
Requisitos ridículos en educación infantil
Es comprensible que las escuelas infantiles pongan como requisito a los futuros educadores tener el título de manipulación de alimentos y el de primeros auxilios, pero, ¿el nivel B2 de inglés es totalmente necesario para trabajar en la etapa 0-3? ¿De verdad se quiere enseñar el idioma de una manera tan avanzada a niños de entre cero y tres años? ¿Es más importante este requisito que la emoción, la actitud, la motivación y la vocación?
Quizás el concepto enchufes en el trabajo os resulte algo antiguo, pero desgraciadamente se sigue dando en nuestros días, y no en pocas situaciones. Todavía son bastantes escuelas infantiles que contratan a la hija de…, a la hermana de, a la sobrina de… en vez de apostar por la pasión, emoción y amor hacia la infancia. ¿Resultados de nuevo? Educadores infantiles de corazón sin trabajo y sin oportunidades.
Problemas de salud causados por una mala gestión
Algunas personas piensan que los educadores infantiles no están sometidos a ningún tipo de estrés ni ansiedad. Que su jornada laboral es siempre un camino de rosas. Obviamente, no es así. Sé de profesionales que después de aguantar meses de ataques de ansiedad y estrés excesivo diario han tenido que abandonar su trabajo para centrarse en lo importante: recuperar su salud y bienestar.
¿Y por qué ataques de ansiedad, estrés excesivo y desequilibrios emocionales? Esta respuesta es fácil: un salario cómico con el que no se llega a fin de mes, no contar con ningún tipo de apoyo en el aula, poco reconocimiento profesional, faltas de respeto y mínima valoración del desempeño laboral (entre otras muchas cosas). En una situación así, como os podéis imaginar, es muy difícil demostrar pasión y emoción por la educación infantil.
Mis 5 deseos para una educación infantil de calidad
Para terminar el post, me gustaría escribir cuáles son mis deseos (no tan difíciles de llevar a cabo) para una educación infantil de calidad para todos.
- Que algunas escuelas infantiles de gestión privada dejen de ver la educación infantil como un negocio más. Para mí es una falta grave de moralidad querer ganar más dinero poniendo en peligro el bienestar de los educadores y de los niños.
- Que finalmente se firme un convenio con condiciones laborales óptimas adaptado a las responsabilidades y funciones reales de los educadores infantiles.
- Que en las escuelas infantiles solo estén trabajando los buenos profesionales. Los educadores infantiles de corazón. Los que viven y disfrutan al máximo de la educación infantil. Nada de enchufes, por favor.
- Que se den oportunidades a recién titulados en educación infantil aunque no tengan experiencia. Hay muchísimas personas que quieren llenar de entusiasmo y cariño las aulas de 0-3.
- Y que entre todos apoyemos a los educadores infantiles de corazón. A los que están cada día al pie del cañón. Que valoremos a los buenos profesionales y a las geniales escuelas infantiles que tenemos en este país.