¡Hola, grupo! ¿Cómo lo estáis llevando? ¡Espero que genial! Sé que la mayoría de entradas que hay en este blog hablan de la educación infantil, pero hoy me apetece escribir sobre los docentes universitarios. Si conocéis a algún profesor que trabaje en esta etapa sabréis que todavía no han sido vacunados contra el COVID-19. Yo tengo familiares muy cercanos que son docentes universitarios y la sensación que tienen es la de no importar a nadie.
Al parecer los docentes universitarios no son prioritarios
Eso es lo que dice nuestra administración hasta ahora. Vamos, que unos profesores que están cada día con grupos elevados de jóvenes distintos no son prioritarios para recibir la vacuna. Si lo pensáis, los docentes universitarios siempre están un poco a la sombra del sistema educativo (les pasa igual que a los educadores infantiles) y su trabajo no es valorado ni reconocido por mucha gente.
Mucha gente piensa que los docentes universitarios lo único que hacen es leer su temario, repartir los apuntes, sentarse en sus mesas a esperar que acabe la clase y corregir exámenes. Sin embargo, estos profesores son clave en el presente y en el futuro de muchísimos jóvenes que deciden apostar por seguir estudiando más allá de bachillerato. Por desgracia, ese hecho pasa sin pena ni gloria por la sociedad.
El esfuerzo extra de los docentes universitarios en la pandemia
Los profesores de infantil, primaria, secundaria y bachillerato se volcaron con sus alumnos durante la pandemia, eso lo sabemos. Pero, ¿qué pasa con los docentes universitarios? Muchos de ellos también tuvieron que adaptar sus clases presenciales para poder hacerlas online, aprendieron a manejar nuevas herramientas, invirtieron muchísimo tiempo en preparar las clases y se quedaron hasta altas horas de la madrugada contestando correos.
Este esfuerzo extra jamás fue aplaudido por la gente. Es cierto que todos los profesionales que trabajan en el sector esencial estuvieron siempre al pie del cañón, pero los profes de universidad también lucharon por reinventarse, por cambiar su metodología, por aprender cosas nuevas, y sobre todo, por dar la mejor versión de sí mismos a sus alumnos cada día y afrontar la situación con la mejor de las actitudes.
Las etapas educativas no obligatorias también son importantes
Estudiar en la universidad no es algo obligatorio, igual que no lo es la educación infantil y el bachillerato, por ejemplo. Pero, ¿eso significa que son etapas nulas, que no merecen reconocimiento, respeto, valoración, empatía y compresión? ¡Para nada! Las experiencias que viven los peques en educación infantil dejarán huella en ellos, y la motivación y la actitud positiva que los jóvenes reciben de los docentes universitarios es muy importante.
Los docentes universitarios transmiten pasión e ilusión por el aprendizaje, favorecen el pensamiento crítico de los alumnos, les alejan de la sumisión y son agentes del cambio. Además, acompañan y guían a los estudiantes durante su etapa universitaria resolviendo sus dudas, escuchando sus inquietudes y motivándoles. ¿De verdad que no se merecen más reconocimiento dentro del sistema educativo y en nuestra sociedad?
La percepción que tiene la sociedad de los docentes universitarios
Hay muchísimos docentes universitarios de corazón que se apasionan por la enseñanza. Sin embargo, la percepción que tiene mucha gente de ellos es errónea. Se piensan que al haber aprobado una oposición y tener un trabajo «fijo» ya no se esfuerzan en las aulas. Creen que su única labor es corregir exámenes y que no mantienen comunicación alguna con su alumnado. Por supuesto, todo eso no es cierto.
Yo soy consciente de lo muchísimo que trabajan los docentes universitarios y de la emoción que sienten por la educación. Sé la cantidad de horas que invierten en pensar, en preparar y en adaptar sus clases teniendo siempre en cuenta a sus estudiantes. Ojalá la perspectiva educativa y social cambie y también se reconozca la maravillosa labor que hacen los profesores de esta etapa educativa.
Ojalá algún día dejen de sentirse como los últimos monos de nuestro sistema educativo.